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! Vocación y ética *7X

cia con palabras asépticas, pedantes­
cas y, por lo común, poco adecuadas.
Y hay, además, que tener en cuenta
que el número de niños y, sobre todo,
de niñas que conservan el candor se­
xual hasta bastante entrada la juven­
tud, aun en la sociedad actual tan
tachada de corrompida, es mucho
mayor de lo que creen los calaveras
de café y, a veces, los mismos mé­
dicos.

Dirigir y no
despertar.
El problema cambia cuando el joven
tiene desde muy pronto, como con tan
funesta frecuencia ocurre, llena la ca­
i beza de ideas absurdas sobre la sexua­
lidad; absurdos que enturbian la cla­
ridad de su instinto y le predisponen