Page 132 - La Constitución de los atenienses
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INTRODUCCIÓN


                              teraria.  Se  ve  el  texto  como  un  acto  intencional  que  busca
                              causar ciertos  efectos  en sus  destinatarios,  de modo  que  to­

                              dos  los  elementos  discursivos  tienden  hacia  ese  fin.  Las

                              ideas, la estructura y el estilo se eligen con esa finalidad. Por
                              ello no se puede hacer un análisis de las figuras, de los perso­

                              najes y de la estructura, como si el lenguaje se centrara en sí
                              mismo.  Es importante analizar una figura o  una expresión,

                              pero la lectura de un  texto no se limita a un análisis  inocuo

                              de la lexis. Los tropos y las figuras tienen una función retóri­
                              ca;  son  propiamente  actos  de  habla  retóricos  (pistéis)  que

                              tienden  a la persuasión  y se  explican  en  función  de  ésta.  El
                              estudio fonológico y sintáctico puede tener un fin en sí mis­

                              mo desde el punto de vista lingüístico o gramatical, pero no

                             desde el  textual  o  discursivo.  No  es  el  signo lingüístico  o la
                              oración  el  elemento  mínimo  del  análisis  textual,  sino  las

                             pistéis., en las que, además, se esconden presupuestos y sobre­
                              entendidos,  exageraciones  y  afirmaciones  tendenciosas.  La

                              expresión  “no la apruebo”  del  inicio del  opúsculo  tiene una
                             gran  cantidad  de  implicaciones  que  tienen  que  ver  con  el

                             emisor, la situación y el destinatario.

                                 Así,  presentamos una propuesta de lectura,  que no recha­
                             za ni  ignora a las demás, y que es  una de tantas  que se pue­

                             den  hacer sobre  el  texto.  Además  tiene  el  inconveniente  de

                             que  se  ha  hecho  sobre  la  base  no  de  premisas  verdaderas,
                             sino sólo probables, como sucede con la situación en que fue

                             escrita y recitada ante  un  grupo  de  oligarcas,  a cuyo  círculo
                             el autor pertenecía. Si esta premisa resultara falsa, las conclu-
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