Page 186 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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su  analogía  en  estos  tres  centros  de  actividad  procedentes  de  los  tres  centros

  principales de la vida que hay en el cuerpo humano: el cerebro, el corazón y el aparato
  reproductor. La Transfiguración de Jesús describe tres tabernáculos, de los cuales el

  mayor está en el centro (el corazón) y los dos pequeños a ambos lados (el cerebro y el

  aparato reproductor). Es posible que la hipótesis filosófica de la existencia de los tres

  soles se base en un fenómeno natural peculiar que se ha producido muchas veces a lo
  largo de la historia. En el año 51 después de Cristo se vieron tres soles en el cielo al

  mismo  tiempo  y  lo  mismo  ocurrió  en  el  año  66.  En  el  año  69  se  vieron  dos  soles

  juntos.  Según  William  Lilly,  entre  los  años  1156  y  1648  se  registraron  veinte  casos

  similares
       Los  herméticos,  que  reconocían  al  sol  como  máximo  benefactor  del  mundo

  material, creían en la existencia de un sol espiritual que se ocupaba de las necesidades

  de  la  parte  invisible  y  divina  de  la  Naturaleza,  tanto  humana  como  universal.  Con
  respecto a este tema escribió el gran Paracelso: «Hay un sol terrenal, que es la causa de

  todo  el  calor,  y  todos  los  que  son  capaces  de  ver  pueden  ver  el  sol  y  los  que  son
  ciegos y no pueden verlo sienten su calor. Hay un sol eterno, que es la fuente de toda
  la sabiduría y los que tienen los sentidos espirituales despiertos a la vida verán este sol
  y serán conscientes de su existencia, pero aquellos que no han alcanzado la conciencia

  espiritual  también  pueden  percibir  su  poder  mediante  una  facultad  interna,  llamada
  intuición».

       Algunos rosacruces eruditos han dado denominaciones especiales a estas tres fases
  del  sol:  llaman  Vulcano  al  sol  espiritual;  al  sol  del  alma  y  al  intelectual  los  llaman

  Cristo y Lucifer, respectivamente, y al sol material, Jehová, como el demiurgo judío.

  En  este  caso,  Lucifer  representa  la  mente  intelectual  sin  la  iluminación  de  la  mente

  espiritual;  por  consiguiente,  es  «la  luz  falsa».  Al  final,  la  luz  falsa  es  vencida  y
  redimida  por  la  verdadera  luz  del  alma,  llamada  «Segundo  Logos»  o  «Cristo».  Los

  procesos  secretos  mediante  los  cuales  el  intelecto  de  Lucifer  se  transmuta  en  el

  intelecto  de  Cristo  constituyen  uno  de  los  grandes  secretos  de  la  alquimia  y  se
  representan mediante el proceso de convertir metales de baja ley en oro.

       En el singular tratado The Secret Symbols of The Rusicrucians, Franz Hartmann

  define alquímicamente al sol como «El símbolo de la Sabiduría. El Centro del poder o
  el Corazón de las cosas. El Sol es un centro de energía y un depósito de poder. Cada
  ser vivo contiene en sí mismo un centro de vida, que puede crecer hasta convertirse
  en un Sol. En el corazón de los renovados, el poder divino, estimulado por la Luz del

  Logos,  crece  hasta  convertirse  en  un  Sol  que  ilumina  su  mente».  En  una  nota,  el
  mismo autor amplía su descripción y añade lo siguiente: «El sol terrestre es la imagen
  o el reflejo del sol celeste invisible; aquel se encuentra en el terreno del espíritu y este,

  en el de la materia, pero este recibe su poder de aquel».
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