Page 184 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Espíritu Santo. Los místicos dividían la naturaleza del hombre en tres partes distintas:
espíritu, alma y cuerpo. Su cuerpo físico se manifestaba y se vitalizaba gracias al sol
material; su naturaleza espiritual era iluminada por el sol espiritual, y su naturaleza
intelectual era redimida por la verdadera luz de la gracia: el sol del alma. La alineación
de estos tres globos en el cielo era una de las explicaciones que se ofrecían para el
hecho peculiar de que las órbitas de los planetas no fueran circulares sino elípticas.