Page 180 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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reino solar, en el cual el sol era el señor supremo; los planetas, sus consejeros, y toda

  la naturaleza, los súbditos de su imperio.
       Muchas  divinidades  se  han  asociado  con  el  sol.  Los  griegos  creían  que  Apolo,

  Baco, Dioniso, Sabazios, Hércules, Jasón, Ulises, Zeus, Urano y Vulcano compartían

  los atributos visibles o invisibles del sol. Para los noruegos, Balder el Hermoso era

  una divinidad solar y Odín se relaciona a menudo con la esfera celeste, sobre todo por
  su  único  ojo.  Entre  los  egipcios,  Osiris,  Ra,  Anubis,  Hermes  y  hasta  el  misterioso

  Amón tenían puntos de semejanza con el disco solar. Isis era la madre del sol y hasta

  Tifón, el Destructor, se suponía que era una forma de energía solar. El mito del sol

  egipcio se centró finalmente en tomo a la persona de una divinidad misteriosa llamada
  Serapis. Las dos divinidades de América Central, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl, si bien a

  menudo se asocian con los vientos, eran también, sin duda, divinidades solares.

       En la masonería, el sol tiene muchos símbolos. Una manifestación de la energía
  solar es Salomón {en inglés, Solomon}, cuyo nombre, Sol-Om-On, es el nombre de

  la  Luz  Suprema  en  tres  idiomas  distintos.  Juram  Abí,  el  CJuram  (Juram)  de  los

  caldeos,  también  es  una  divinidad  solar  y  en  el  capítulo  titulado  «La  leyenda  de
  Juram»  el  lector  encontrará  la  historia  de  cómo  lo  atacaron  y  lo  asesinaron  los

  rufianes,  con  su  interpretación  solar.  El  doctor  en  Teología  George  Oliver,  en  su

  Dictionary of Symbolical Masonry, ofrece un ejemplo sorprendente de la importancia

  del sol en los símbolos y los rituales de la masonería: «El sol sale por el Este y el Este
  es  el  lugar  del  Maestro  Venerable.  Como  el  sol  es  la  fuente  de  toda  luz  y  calor,  el
  Maestro Venerable tiene que dar vida y calor a sus hermanos para que trabajen. Para

  los antiguos egipcios, el sol era el símbolo de la divina providencia». Los hierofantes
  de los Misterios se adornaban con muchos símbolos que representaban el poder solar.
  Los  soles  bordados  en  oro  que  aparecen  en  la  parte  posterior  de  las  vestiduras  del
  clero católico significan que el sacerdote también es un emisario y un representante
  del Sol Invictus.






  El Cristianismo y el Sol


  Por motivos que para ellos resultaban, sin duda, suficientes, a los cronistas de la vida

  y  los  actos  de  Jesús  les  pareció  conveniente  convertirlo  en  una  divinidad  solar.  El

  Jesús histórico fue olvidado y casi todos los episodios destacados que se registran en
  los  cuatro  Evangelios  están  relacionados  con  los  movimientos,  las  fases  o  las

  funciones de los cuerpos celestes.

       Entre otras alegorías que el cristianismo tomó prestadas de la Antigüedad pagana
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