Page 277 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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(hé) y (yod) y, cuando se invierte al orden castellano de izquierda a derecha, se lee:

  yod-hé-vau-hé.  Si  consultamos  la  tabla  anterior  sobre  los  valores  de  las  letras,

  descubrimos  que  los  cuatro  caracteres  de  este  nombre  sagrado  tienen  el  siguiente
  significado  numérico:  yod  equivale  a  10,  hé  equivale  a  5,  vau  equivale  a  6  y  el

  segundo hé equivale a 5. Por consiguiente, 10 + 5 + 6 + 5 = 26, que es sinónimo de

  Jehová.  Si  usáramos  las  letras  en  castellano,  la  respuesta,  evidentemente,  no  sería

  correcta.
       El segundo ejemplo es el misterioso pantheos gnóstico Abraxas. Para este nombre,

  se usa la tabla griega. «Abraxas» en griego se dice Ἀβραξας. Α = 1, β = 2, ρ = 100, α

  = 1, ξ = 60, α = 1, ς = 200, La suma es 365, la cantidad de días que hay en el año. Este
  nombre proporciona la clave del misterio de Abraxas, que simboliza los 365 eones, o

  espíritus de los días, reunidos en una sola personalidad compuesta. Abraxas simboliza

  cinco criaturas y, como el círculo del año, en realidad consta de 360 grados, cada una

  de las divinidades que procede de él es una quinta parte de tal poder, o sea 72, uno de
  los  números  más  sagrados  del  Antiguo  Testamento  de  los  judíos  y  de  su  sistema

  cabalístico.  El  mismo  método  se  utiliza  para  averiguar  el  valor  numérico  de  los

  nombres de los dioses de los griegos y los judíos.

       Todos  los  números  mayores  se  pueden  reducir  a  uno  de  los  diez  números
  originales  y  el  diez,  al  uno.  Por  consiguiente,  todos  los  grupos  de  números  que  se

  obtienen  al  traducir  los  nombres  de  las  divinidades  a  sus  equivalentes  numéricos

  tienen una base en uno de los diez primeros números. Por este sistema, en el cual se
  suman los dígitos, 666 se convierte en 6 + 6 + 6, o sea, 18, y este número, a su vez, se

  convierte en 1 + 8, o sea, 9. Según el Apocalipsis, se salvarán 144000. Este número se

  convierte en 1+4+4+0+0+0, que es igual a 9, lo que demuestra que tanto la bestia de
  Babilonia como la cifra de salvados hacen referencia al propio hombre, cuyo símbolo

  es el número 9. Este sistema se puede usar con eficacia tanto con los valores de las

  letras griegas como con las hebreas.
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