Page 354 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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en  el  signo  de  Escorpio  indicaba  el  comienzo  del  gobierno  de  Tifón.  Cuando  se

  utilizaban los doce signos del Zodiaco para representar a los doce apóstoles (aunque
  en realidad es al revés), el escorpión se asignada a Judas Iscariote, el traidor.

       El escorpión clava el aguijón que tiene en la cola y por eso se considera que ataca

  por  la  espalda,  que  es  falso  y  embustero.  En  The  Dictionary  of  the  Bible,  Calmet

  afirma  que  el  escorpión  es  un  emblema  apropiado  del  mal  y  el  símbolo  de  la
  persecución. Se dice que los vientos secos de Egipto son obra de Tifón, que transmite

  a  la  arena  el  calor  abrasador  del  mundo  infernal  y  el  aguijón  del  escorpión.  Este

  insecto  también  era  el  símbolo  del  fuego  espinal  que,  según  los  Misterios  egipcios,

  destruía al hombre cuando se le permitía acumularse en la base de la columna (la cola
  del  escorpión).  La  estrella  roja  Antares,  situada  en  la  parte  posterior  del  escorpión

  celestial,  se  consideraba  la  peor  luz  del  cielo.  A  Kalb  al-Akrab,  o  el  corazón  del

  escorpión, los antiguos la llamaban la lugarteniente o delegada de Marte.                              [81]  Se creía

  que Antares perjudicaba la vista y que a menudo causaba ceguera si, cuando nacía un
  niño, salía por encima del horizonte. Es posible que esto también haga referencia a las

  tormentas de arena, que podían enceguecer a los viajeros incautos.

       El  escorpión  también  era  el  símbolo  de  la  sabiduría,  porque  el  fuego  que

  controlaba  era  capaz  de  iluminar,  además  de  consumir.  Según  los  paganos,  la
  iniciación en los Grandes Misterios solo se celebraba bajo el signo del escorpión. En el

  Papiro  de  Ani  (El  Libro  de  los  Muertos),  el  difunto  compara  su  alma  con  un

  escorpión y dice lo siguiente: «Soy una golondrina, soy aquel escorpión, ¡la hija de
  Ra!».  Elizabeth  Goldsmith,  en  su  tratado  sobre  simbolismo  sexual,  afirma  que  los

  escorpiones eran un «símbolo de Selk, la diosa egipcia de la escritura, y que también

  los veneraban los babilonios y los asirios, como guardianes de la puerta del sol. Se
  decía que siete escorpiones habían acompañado a Isis mientras buscaba los restos de

  Osiris que Set (Tifón) había esparcido».

       En The Chaldean Account of the Génesis, George Smith, al describir —copiando

  de los cilindros cuneiformes— las andanzas del héroe Izdubar (Nimrod), arroja algo
  de luz sobre el dios escorpión que protege al sol. La tablilla que tradujo no es perfecta,

  aunque  el  significado  es  bastante  claro:  «[…]  que  todos  los  días  custodian  el  sol

  naciente. Su corona estaba en el entramado del cielo y sus pies, debajo del infierno [la

  columna  vertebral].  El  hombre  escorpión  vigilaba  la  puerta  y  quemaba  de  lo
  horroroso que era, su aspecto era como la muerte y el poder de su miedo sacudía el

  bosque.

       A la salida y la puesta del sol, protegían al sol; cuando Izdubar los veía, su cara se
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