Page 360 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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el momento de su danza anual de la serpiente, para enviar sus plegarias al Espíritu de

  la Tierra, primero consagran de forma especial una gran cantidad de estos reptiles y
  después los liberan para que regresen a la tierra con las plegarias de la tribu.

       La  rapidez  de  movimiento  de  los  lagartos  ha  hecho  que  se  los  asociara  con

  Mercurio, el mensajero de los dioses, cuyos pies alados recorrían distancias infinitas

  casi de forma instantánea. Un estudioso eminente como el doctor H. E. Santee, en su
  Anatomy of the Brain and Spinal Cord, menciona algo que no se debe pasar por alto

  en  relación  con  el  simbolismo  de  los  reptiles:  «Los  reptiles  tienen  dos  cuerpos

  pineales, uno anterior y otro posterior; el posterior no se desarrolla, mientras que el

  anterior forma un ojo ciclópeo rudimentario. En los tuátaras, una especie de iguana
  neocelandesa,  se  proyecta  a  través  del  foramen  parietal  y  presenta  una  lente  y  una

  retina imperfectas y, en su tallo largo, fibras nerviosas».

       Los  egipcios  consideraban  a  los  cocodrilos  tanto  símbolos  de  Tifón  como
  emblemas de la Divinidad Suprema; esto último se debe a que, mientras está bajo el

  agua,  el  cocodrilo  puede  ver  —según  afirma  Plutarco—,  aunque  sus  ojos  estén

  cubiertos por una membrana delgada. Los egipcios afirmaban que, por muy lejos que
  el cocodrilo desovara, el Nilo siempre llegaría hasta sus huevos en la siguiente crecida,

  ya que este reptil estaba dotado de un sentido misterioso que le permitía saber hasta

  dónde  llegaría  la  crecida  meses  antes  de  que  se  produjera.  Había  dos  tipos  de

  cocodrilos  Los  egipcios  aborrecían  a  los  más  grandes  y  más  feroces,  porque  los
  comparaban con la naturaleza de Tifón, su demonio destructor. Tifón acechaba para

  devorar a todos los que no superaran el Juicio de los Muertos, un rito que tenía lugar

  en la Sala de Justicia, entre la tierra y los campos elíseos. Anthony Todd Thomson

  describe de la siguiente manera el buen trato que daban a los cocodrilos más pequeños
  y  más  dóciles,  que  los  egipcios  aceptaban  como  personificaciones  del  bien:  «Les

  daban de comer todos los días y algunas veces les echaban en la garganta vino caliente

  con especias Les adornaban las orejas con aros de oro y piedras preciosas y las patas
  delanteras con brazaletes».

       Para los chinos, la tortuga era símbolo de longevidad. En un templo de Singapur

  se  conservan  un  montón  de  tortugas  sagradas  que  llevan  la  edad  grabada  en  el

  caparazón.  Los  indios  americanos  usan  el  lomo  que  hay  en  la  parte  posterior  del
  caparazón de la tortuga como símbolo de la gran división entre la vida y la muerte. La

  tortuga  es  símbolo  de  sabiduría,  porque  se  repliega  en  sí  misma  y  se  protege  sola.

  También  es  un  símbolo  fálico,  como  expresa  su  relación  con  la  longevidad.  Los

  hindúes  representaban  el  universo  sostenido  sobre  los  dorsos  de  cuatro  elefantes
  enormes, que, a su vez, están de pie sobre una tortuga inmensa que se arrastra sin
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