Page 365 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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tienen, equivocadamente, fama de malignas. Se veneraban aves como los loros y los
cuervos, porque, por su capacidad para imitar la voz humana, se consideraban
vínculos entre el reino humano y el animal.
La paloma, aceptada por el cristianismo como representación del Espíritu Santo, es
un emblema yónico pagano antiquísimo y muy reverenciado. En muchos de los
Misterios antiguos representaba la tercera persona de la Tríada Creadora que había
hecho el mundo. Como los mundos inferiores comenzaron a existir mediante un
proceso generador, la paloma se ha asociado con divinidades identificadas con las
funciones de la procreación. Está consagrada a Astarté, Cibeles, Isis, Venus, Juño,
Militta y Afrodita. Por su delicadeza y su dedicación a sus crías, la paloma se
consideraba la personificación del instinto maternal; también es un emblema de
sabiduría, porque representa el poder y el orden mediante los cuales se mantienen los
mundos inferiores. Hace tiempo que ha sido aceptada como mensajera de la voluntad
divina y representa la actividad de Dios.
Se ha dado el nombre de la paloma a oráculos y profetas. «El verdadero nombre
de la paloma era Ionah, o Ionas; era un emblema muy sagrado, que, en una época, era
aceptado en casi todo el mundo; fue adoptado por los hebreos, y todos los miembros
de la Iglesia de Dios consideraban a la paloma mística un símbolo de la época de Noé.
El profeta que fue enviado a Ninive como mensajero de Dios se llamaba Jonás, o la
paloma; el predecesor de nuestro Señor, el Bautista, recibía el nombre griego dé
Ioannes, y lo mismo ocurría con el apóstol del amor, el autor del cuarto evangelio y
del Apocalipsis, llamado Ioannes». [83]
En la masonería, la paloma es el símbolo de la pureza y la inocencia. Resulta
significativo que, en los Misterios paganos, la paloma de Venus fuese crucificada en
los cuatro rayos de una gran rueda, como una prefiguración del misterio del dios del
amor crucificado. Aunque Mahoma expulsó a las palomas del templo de La Meca, de
vez en cuando se lo representa con una paloma posada en el hombro, como símbolo
de inspiración divina. En la Antigüedad se ponían efigies de palomas en el extremo de
los, cetros para indicar que su portador estaba bajo la influencia de la prerrogativa
divina. En el arte medieval, era frecuente representar a la paloma como emblema de
bendición divina.
El Phœnix
En el siglo I de la era cristiana, Clemente, uno de los padres prenicenos, describe la