Page 393 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
P. 393

esplendor del Sol, y por éste, la semilla de los metales están puestas al calor

       de forma equilibrada, como el grano en los campos.[…] Ya que como cada
       árbol  del  campo  tiene  su  propia  forma,  apariencia,  y  fruto  peculiar,  de  la

       misma  forma  cada  montaña  carga  su  propio  mineral  particular;  aquellas

       piedras y aquella tierra viene a ser el suelo en el cual los metales crecen».

       (Ver Traducción de 1893).







  Durante  la  Edad  Media,  los  amuletos  de  mandrágora  se  cotizaban  muy  bien  y  se

  desarrolló un arte que acentuaba bastante la semejanza entre la raíz de mandrágora y el
  cuerpo  humano.  Como  la  mayoría  de  las  supersticiones,  la  creencia  en  los  poderes

  especiales de la mandrágora se basaba en una antigua doctrina secreta relacionada con

  la verdadera naturaleza de la planta. «Es ligeramente narcótica —afirma Éliphas Lévi

  — y los antiguos le atribuían virtudes afrodisíacas y decían que los hechiceros tesalios
  la buscaban como ingrediente para sus filtros. ¿Será esta raíz el vestigio umbilical de

  nuestro origen terrestre, como sugiere cierto misticismo mágico? No nos atrevemos a

  afirmarlo en serio, pero, de todos modos, es cierto que el hombre ha salido del limo
  de la tierra y que su primer aspecto debió de ser en forma de un esbozo tosco. Las

  analogías  de  la  naturaleza  nos  fuerzan  a  admitir  este  concepto,  al  menos  como

  posibilidad.  En  tal  caso,  los  primeros  hombres  habrán  sido  una  familia  de
  mandrágoras gigantescas y sensibles, animadas por el sol, que se desarraigaron de la

  tierra.»  [93]

       La  cebolla  hogareña  era  venerada  por  los  egipcios  como  símbolo  del  universo,

  porque  sus  aros  y  sus  capas  representaban  los  planos  concéntricos  en  los  que  se

  dividía  la  creación,  según  los  Misterios  herméticos.  También  se  consideraba  que
  poseía grandes virtudes medicinales. Debido a las propiedades peculiares que resultan

  de su sabor acre, el ajo era un agente poderoso en la magia trascendental. Hasta el día

  de  hoy,  no  se  ha  encontrado  ningún  medio  mejor  para  tratar  la  obsesión.  El
  vampirismo y ciertas formas de locura —sobre todo las derivadas de la comunicación

  con los espíritus y las influencias de larvas elementales— responden enseguida al uso

  del ajo. En la Edad Media se creía que su presencia en una casa la protegía de todos

  los poderes malignos.
   388   389   390   391   392   393   394   395   396   397   398