Page 395 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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adicional que se otorgaba a la cuarta hoja consiste en que el cuarto principio de la

  Trinidad es el hombre y, por consiguiente, la presencia de aquella hoja representa la
  redención de la humanidad.

       Durante la iniciación en los Misterios y la lectura de los libros sagrados, la gente se

  ponía  coronas  de  flores  o  de  hojas,  para  indicar  que  estos  procesos  estaban

  consagrados a las divinidades. Richard Payne Knight escribe lo siguiente acerca del
  simbolismo de las coronas: «En lugar de cuentas, en las monedas aparecen coronas de

  hojas, por lo general de laurel, olivo, mirto, hiedra o roble, algunas veces alrededor de

  las figuras simbólicas y otras veces sobre su cabeza, como guirnaldas. Todas estaban

  consagradas a alguna personificación particular de la divinidad y representaban algún
  atributo  determinado  y,  en  general,  todas  las  perennes  eran  plantas  dionisíacas,  es

  decir, símbolos del poder generativo, que expresa la perpetuidad de la juventud y la

  energía, como los círculos de cuentas y las diademas expresan la perpetuidad de la

  existencia».    [94]
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