Page 398 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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XXI
PIEDRAS, METALES Y GEMAS
Según enseñaban los primeros filósofos, cada uno de los cuatro elementos primarios
tiene su análogo en la cuádruple constitución terrestre del hombre. Las piedras y la
tierra corresponden a los huesos y la carne; el agua, a los distintos fluidos; el aire, a los
gases, y el fuego, al calor del cuerpo. Como los huesos son el marco que sostiene la
estructura corporal, se pueden considerar un emblema adecuado del espíritu: el
fundamento divino que sostiene el tejido complejo formado por la mente, el alma y el
cuerpo. Para el iniciado, el esqueleto de la muerte que sujeta la guadaña con sus dedos
huesudos representa a Saturno (Cronos), el padre de los dioses, que lleva la hoz con
la que mutiló a Ouranos, su propio padre.
En la lengua de los Misterios, los espíritus de los hombres son los huesos de
Saturno reducidos a polvo. Este dios siempre se adoraba con el símbolo de la base o
el pie, puesto que se lo consideraba la infraestructura que sostenía la creación. El mito
de Saturno tiene su sustento histórico en los registros fragmentarios conservados por
los antiguos griegos y fenicios con respecto a un rey de este nombre que gobernaba el
antiguo continente de Hiperbórea. Como Polaris, Hiperbórea y la Atlántida están
enterradas debajo de los continentes y los océanos del mundo moderno, a menudo se
representan como rocas que mantienen sobre su extensa superficie nuevas tierras,
razas e imperios. Según los Misterios escandinavos, las piedras y los acantilados se
formaron a partir de los huesos de Ymir, el gigante primigenio de arcilla ardiente,
mientras que, para los místicos helenos, las rocas eran los huesos de la Gran Madre,
Gæa.
Después del diluvio enviado por los dioses para destruir a la humanidad al final de
la Edad de Hierro, los únicos que quedaron con vida fueron Deucalión y Pirra. Al