Page 463 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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del planeta contrario al que las provoca; por ejemplo, las enfermedades de Júpiter, con

  las plantas de Mercurio y viceversa; las enfermedades de los luminares, con las plantas
  de  Saturno  y  viceversa,  y  las  enfermedades  de  Marte,  con  las  plantas  de  Venus  y

  viceversa. […] Hay un método para curar las enfermedades a veces por simpatía, con

  lo cual cada planeta cura su propia enfermedad; por ejemplo, el sol y la luna con sus

  plantas curan los ojos; Saturno cura el bazo; Júpiter, el hígado; Marte, la vesícula y las
  enfermedades  de  la  cólera,  y  Venus,  las  enfermedades  de  los  instrumentos  de  la

  procreación».      [119]

       Los fitoterapeutas europeos medievales redescubrieron solo en parte los antiguos

  secretos herméticos de Egipto y Grecia, que fueron los países que desarrollaron los
  fundamentos  de  casi  todas  las  ciencias  y  las  artes  modernas.  En  aquella  época,  los

  métodos que se empleaban para curar figuraban entre los secretos que se transmitían a

  los iniciados en los Misterios La preparación de ungüentos, colirios, filtros y pócimas

  iba  acompañada  de  extraños  ritos.  De  la  eficacia  de  aquellos  medicamentos  hay
  constancia  en  los  registros  históricos.  También  se  usaban  muchos  inciensos  y

  perfumes.

       Barrett, en El mago, describe la teoría en la que basaba su trabajo de la siguiente

  manera: «Por consiguiente, dado que nuestro espíritu es el vapor puro, sutil, lúcido,
  etéreo  y  oleoso  de  la  sangre,  no  hay  nada  más  adecuado  para  los  colirios  que  los

  vapores  similares,  que  son  mejores  para  nuestro  espíritu  en  sustancia,  porque

  entonces, a causa de su similitud, más lo remueven, atraen y transforman».
       Se  han  estudiado  exhaustivamente  los  venenos  y  en  algunas  comunidades  se

  administraban a los condenados a muerte extractos de plantas mortales, como en el

  caso  de  Sócrates.  Los  Borgia  italianos,  de  infausta  memoria,  llevaron  el  arte  del
  envenenamiento  a  su  máxima  perfección.  Incontables  hombres  y  mujeres  brillantes

  fueron liquidados con rapidez y eficiencia gracias al conocimiento casi sobrehumano

  de la química que la familia Borgia conservó durante muchos siglos.

       Los sacerdotes egipcios descubrieron extractos vegetales con los cuales se podía
  inducir  temporalmente  la  clarividencia  y  los  utilizaron  durante  los  rituales  de

  iniciación de sus Misterios. Algunas veces mezclaban estas drogas con los alimentos

  que daban a los candidatos y otras veces se presentaban en forma de pócimas sagradas

  y se les explicaba su naturaleza. Poco después de que se le administrara la droga, al
  neófito le daba un mareo. Se encontraba flotando en el espacio y, mientras su cuerpo

  físico estaba totalmente insensible —los sacerdotes lo protegían para que no sufriera

  daño  alguno—,  el  candidato  pasaba  por  una  cantidad  de  experiencias  extrañas  que
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