Page 803 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Sus  restos  sagrados.  José  de  Arimatea  era  uno  de  los  hermanos  iniciados  y  A.  E.

  Waite,  en  A  New  Encyclopaedia  of  Freemasonry,  lo  llama  «el  primer  obispo  de  la
  cristiandad». Así como el poder temporal (o visible) de la Santa Sede fue establecido

  por san Pedro (¿?), el conjunto espiritual de la fe fue confiado a la «Iglesia Secreta del

  Santo Grial» mediante una sucesión apostólica que comienza con José de Arimatea, a

  quien se encomendaron los símbolos permanentes de la alianza: la copa siempre llena
  y la lanza ensangrentada.

       Se supone que obedeciendo las órdenes de san Felipe, José de Arimatea llegó, con

  las reliquias sagradas y después de muchos y diversos contratiempos, a Gran Bretaña,

  donde se le adjudicó un lugar para que levantara una iglesia y así fue como se fundó
  la  abadía  de  Glastonbury.  José  clavó  en  tierra  su  báculo,  que  echó  raíces  y  llegó  a

  convertirse  en  un  espino  milagroso  que  florecía  dos  veces  por  año  y  actualmente

  recibe el nombre de espino de Glastonbury. Se desconoce cómo acabó la vida de José
  de Arimatea: algunos creen que, al igual que Enoch, fue trasladado al cielo; otros, que

  fue enterrado en la abadía de Glastonbury. En numerosas ocasiones se ha tratado de

  encontrar el Santo Grial, que —según creen muchos— está escondido en una cripta
  situada  debajo  de  la  antigua  abadía.  Recientemente  se  ha  hallado  un  cáliz  en

  Glastonbury  y  los  devotos  pensaron  que  podía  ser  el  Santo  Cirial  original,  pero

  ningún investigador crítico puede aceptarlo como auténtico. A pesar del interés que

  despierta  como  reliquia,  este,  como  el  famoso  cáliz  de  Antioquía,  en  realidad  no
  demuestra nada, si caemos en la cuenta de que hace dieciocho siglos casi no se sabía

  mucho más que ahora acerca de los Misterios cristianos

       El  origen  del  mito  del  Grial,  como  el  de  casi  cualquier  otro  elemento  del  gran

  drama, resulta curiosamente esquivo. Se le puede encontrar bastante fundamento en el
  folclore de las islas británicas, que contiene numerosos relatos sobre calderos, oñás

  copas  y  cuernos  para  beber  mágicos  Las  leyendas  más  antiguas  sobre  el  Grial

  describen la copa como un verdadero cuerno de la abundancia, cuyo contenido era
  inagotable,  de  modo  que  quienes  se  ocupaban  de  él  jamás  pasaban  hambre  ni  sed.

  Según  una  versión,  por  muy  enferma  que  estuviera  una  persona,  no  moriría  hasta

  después de pasados ocho días desde que viera la copa. Algunos expertos creen que el

  Santo Grial sirvió para perpetuar la copa sagrada que se usaba en los ritos de Adonis y
  de Atis Varios de los Misterios antiguos utilizaban una copa o cáliz de comunión y con

  frecuencia  se  representaba  al  dios  Baco  con  forma  de  jarrón,  copa  o  de  algún  otro

  recipiente  grande.  En  el  culto  a  la  naturaleza,  el  Grial  siempre  lleno  representa  la

  munificencia de la cosecha, gracias a la cual se conserva la vida del hombre; como la
  jarra sin fondo de Mercurio, es la fuente inagotable de recursos naturales. A partir de
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