Page 885 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Inquisición, que de esa forma pretendía justificar su persecución. La acusación
fundamental contra Cagliostro era que había intentado fundar una logia masónica en
Roma; nada más. Todas las demás acusaciones son posteriores. Por algún motivo no
revelado, el Papa conmutó la pena de muerte de Cagliostro por la de cadena perpetua,
lo cual demuestra —por sí mismo— la consideración que le tenían incluso sus
enemigos. Si bien se cree que su muerte se produjo varios años después en un
calabozo de la Inquisición en el castillo de San Leo, es muy poco probable que así
fuera. Se rumorea que huyó y, según una versión muy significativa, se refugió en
India, donde sus talentos recibieron la apreciación que le negaron en una Europa tan
politizada.
Después de crear su rito egipcio, Cagliostro anunció que, puesto que las mujeres
habían sido admitidas en los Misterios antiguos, no había motivo para excluirlas de las
órdenes modernas. La princesa de Lamballe aceptó gentilmente el cargo de maestra de
honor de su sociedad secreta y en la velada de su iniciación estuvieron presentes los
principales miembros de la corte francesa. La celebración fue tan brillante que llamó
la atención de las logias masónicas de París, cuyos representantes manifestaron un
deseo sincero por comprender los Misterios masónicog eligieron como portavoz al
docto orientalista Court de Gébelin e invitaron al conde de Cagliostro a asistir a una
conferencia para contribuir a clarificar una serie de cuestiones importantes con
respecto a la filosofía masónica. El conde aceptó la invitación.
El 10 de mayo de 1785. Cagliostro asistió a la conferencia convocada a tal fin y su
fuerza y su sencillez le granjearon de inmediato la opinión favorable de toda la
concurrencia. Bastaron apenas unas cuantas palabras para que Court de Gébelin se
diera cuenta de que no estaba hablando con un mero colega, sino con alguien muy
superior a él. Enseguida Cagliostro pronunció un discurso que resultó tan inesperado,
tan diferente de lo que habían escuchado los reunidos hasta entonces que todos
enmudecieron de asombro. Cagliostro declaró que la Rosa Cruz era el símbolo
antiguo y auténtico de los Misterios y, tras una breve descripción de su simbolismo
original, se puso a analizar el significado simbólico de las letras y predijo ante la
asamblea el futuro de Francia de una forma gráfica que no dejó lugar a dudas de que
el orador era un hombre perspicaz y con un poder sobrenatural. Mediante una
distribución curiosa de las letras del alfabeto, Cagliostro predijo en detalle los horrores
de la inminente revolución y la caída de la monarquía y describió minuciosamente el
destino de los distintos miembros de la familia real. También profetizó la llegada de
Napoleón y el comienzo del Primer Imperio. Hizo todo esto para demostrar lo que se
puede conseguir por medio de un conocimiento superior.