Page 385 - Dune
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—Sí.
—¿Es correcto que beba? —señaló el saco en las manos de Chani—. Ellos
quieren que beba.
Jessica percibió el oculto significado en sus palabras, y comprendió que él había
detectado el veneno en la sustancia original, antes de ser transformada, y que estaba
preocupado por ella. Entonces empezó a preguntarse cuáles eran los límites de la
presciencia de Paul. Aquella pregunta le revelaba muchas cosas.
—Puedes beber —dijo—. Ha sido transformada —y miró a Stilgar, inmóvil tras
su hijo, que la estudiaba con sombríos ojos.
—Ahora sabemos que no habéis mentido —dijo el Fremen. Ella captó también un
significado oculto en aquella frase, pero el efecto de la droga oscurecía aún sus
sentidos. Era tan cálida y tan relajante. Los Fremen habían sido tan buenos con ella
proporcionándole una tal unión.
Paul se dio cuenta de que la droga se estaba adueñando de su madre.
Buscó entonces en su memoria… el pasado inmutable, las líneas de flujo de los
posibles futuros. Con su ojo interior, le parecía estar explorando una sucesión de
instantes inmóviles y desconcertantes. Los fragmentos eran difíciles de comprender
cuando eran arrancados del flujo.
Aquella droga… podía acumular un gran número de datos sobre ella, comprender
lo que le estaba haciendo a su madre, pero era un conocimiento desprovisto de su
ritmo natural, de un sistema de reflexión recíproca.
De pronto se dio cuenta de que una cosa era la visión del pasado en el presente,
pero que la auténtica prueba de la presciencia era ver el pasado en el futuro.
Las cosas persistían en ser distintas de lo que parecían ser.
—Bebe —dijo Chani. Movió el extremo del tubo bajo su nariz.
Paul se envaró, mirando a Chani. Sintió en el aire la excitación de la fiesta. Sabía
lo que ocurriría si bebía aquella especia que era la quintaesencia de la sustancia que
había producido el cambio en él. Volvería a aquella visión de tiempo puro, un tiempo
convertido en espacio. La droga le llevaría a aquella cima vacilante, desafiándole a
comprender.
—Bebe, muchacho —dijo Stilgar, tras Chani—. Estás retrasando el ritual.
Prestó oído a la multitud, y percibió una nota salvaje en innumerables voces.
—Lisan al-Gaib —decían—. ¡Muad’Dib!
Miró a su madre. Parecía dormir pacíficamente en su posición sentada, respirando
profunda y regularmente. Una frase surgida de aquel futuro que era su solitario
pasado llegó a su mente: «Está durmiendo en el Agua de Vida».
Chani tiró de su manga.
Paul introdujo el tubo en su boca, oyendo a la gente gritar. Sintió el líquido
gorgotear por su garganta cuando Chani presionó el saco, sintió el aturdimiento
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