Page 383 - Dune
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lo que le había ocurrido. Vio su propia vida retardarse al tiempo que todas las demás
vidas a su alrededor seguían avanzando cada vez a mayor velocidad, hasta que el
complejo diseño de las influencias recíprocas se hacía claramente visible.
Su percepción interior se hacía menos intensa a medida que disminuían los
efectos de la droga, pero sentía aún la presencia de la otra partícula, y la tocó
suavemente, con un sentimiento de culpabilidad por haber permitido que le ocurriese
aquello.
Lo he permitido, mi pobre, aún no formada y pequeña querida hija. Te he llevado
a este universo y te he expuesto sin la menor defensa a la infinita variedad de sus
conocimientos.
Un infinitesimal flujo de amor-confort, como un reflejo del que ella había vertido
antes, le llegó de la otra partícula.
Antes de que Jessica pudiera responder, sintió la presencia del adab, el recuerdo
que exige. Era algo que tenía que hacer. Intentó liberarse, dándose cuenta de que
estaba aún aturdida por las últimas huellas de la droga que impregnaba sus sentidos.
Puedo cambiar esto, pensó. Puedo cambiar la acción de la droga y hacerla
inofensiva. Pero comprendió que sería un error. Estoy participando en una unión
ritual.
Supo entonces lo que tenía que hacer.
Jessica abrió los ojos, e hizo un gesto en dirección al saco que Chani mantenía
por encima de ella.
—Ha sido bendecido —dijo Jessica—. Mezclad las aguas, dejad que el cambio
alcance a todos, que el pueblo pueda participar y contribuir en la bendición.
Dejad que el catalizador haga su trabajo, pensó. Dejad que el pueblo beba de él
y cada uno tenga, por un momento, su más intensa percepción de los demás. La
droga ya no es peligrosa… ahora que una Reverenda Madre la ha transformado.
Pero el exigente recuerdo seguía presionando en su interior. Se dio cuenta de que
había otra cosa que debía hacer, pero la droga le impedía concentrarse.
Ahhh… la vieja Reverenda Madre.
—He encontrado a la Reverenda Madre Ramallo —dijo Jessica—. Ella se ha ido,
pero permanece entre nosotros. Que su memoria sea honrada según el ritual.
¿Dónde he encontrado estas palabras?, se preguntó Jessica.
Y comprendió de pronto que venían de otra memoria, la vida que le había sido
dada y que ahora formaba parte de sí misma. Pero pese a todo aún seguía faltando
algo.
«Deja que ellos tengan su orgía», dijo la otra memoria dentro de ella. «Hay tan
pocos placeres en la vida. Además, tú y yo necesitamos otro breve instante para
conocernos, antes de que yo me disuelva completamente en tus recuerdos. Me siento
ya obligada a muchos de ellos. Ahhh… tu mente está llena de cosas interesantes.
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