Page 451 - Dune
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—Es difícil que el Emperador tenga alguna vez ocasión de hacerlo —dijo Paul.
           Hablaba  lentamente,  friamente.  Algo  había  ocurrido  en  su  interior  mientras  hacía
           frente al Sardaukar. Una suma de decisiones se había acumulado en su consciencia—.

           Gurney —dijo—, ¿hay muchos hombre de la Cofradía en torno a Rabban?
               Gurney se envaró, achicando los ojos.
               —Tu pregunta no tiene…

               —¿Hay muchos? —cortó bruscamente Paul.
               —Arrakis hormiguea de agentes de la Cofradía. Están comprando especia como
           si fuera lo más precioso del universo. ¿Por qué crees que nos hemos aventurado tan

           lejos en el…?
               —Realmente es lo más precioso del universo —dijo Paul—. Para ellos —miró
           hacia Stilgar y Chani, que se estaban acercando a través de la caverna—. Y nosotros

           la controlamos, Gurney.
               —¡Los Harkonnen la controlan! —protestó Gurney.

               —La gente que puede destruir algo es quien realmente lo controla —dijo Paul.
           Hizo  un  gesto  con  la  mano  para  que  Gurney  guardara  silencio,  saludando  con  la
           cabeza a Stilgar, que se detuvo frente a él, con Chani a su lado.
               Paul  tomó  el  cuchillo  del  Sardaukar  en  su  mano  izquierda,  tendiéndoselo  a

           Stilgar.
               —Tú vives para el bien de la tribu —dijo Paul—. ¿Derramarías mi sangre con

           este cuchillo?
               —Por el bien de la tribu —gruñó Stilgar.
               —Entonces usa este cuchillo —dijo Paul.
               —¿Me estás desafiando? —preguntó Stilgar.

               —Si lo hiciera —dijo Paul—, te desafiaría sin armas y dejaría que me golpearas.
               La respiración de Stilgar se hizo entrecortada.

               —¡Usul! —dijo Chani, mirando primero a Gurney, luego de nuevo a Paul.
               —Tú eres Stilgar, un guerrero —dijo Paul, mientras Stilgar reflexionaba sobre el
           significado  de  sus  anteriores  palabras—.  Cuando  los  Sardaukar  iniciaron  aquí  la
           lucha, tú no estabas al frente del combate. Tu primer pensamiento fue el de proteger a

           Chani.
               —Es  mi  sobrina  —dijo  Stilgar—.  Si  tus  Fedaykin  no  hubieran  conseguido

           dominar a esos…
               —¿Por qué tu primer pensamiento fue para Chani? —pregunto Paul.
               —¡Eso no es cierto!

               —¿Oh?
               —Pensé en ti —admitió Stilgar.
               —¿Y sigues creyendo que puedes alzar tu mano contra mí? —preguntó Paul.

               Stilgar empezó a temblar.




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