Page 56 - Diálogos
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Lástima que un cordón envuelve mi cuello.
Caminaste hacia mi lado de la cama, con esa elegancia
que te caracteriza. Lentamente te pusiste en cuclillas,
para así quedar frente a mí y poder besar mis labios
una última vez, mientras con esos dedos maravillosos
cerrabas mis ojos. Ahora la oscuridad, que lo envuelve
todo, solo me ha dejado el recuerdo de esa última
noche contigo, mientras mis oídos, atentos a todo lo
que ocurre a mi alrededor, escuchan una detonación
seca, justo a un lado de mí, cubriéndome el rostro
con un líquido, no sé, no lo puedo ver, pero se siente
caliente, así como lo es tu presencia en este mar de
recuerdos y vejaciones.
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