Page 167 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides
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AGAMENÓN
su hambre con el alimento que hay en la ciudad
encarrilan, sin indicio alguno de disciplina,
sino que cada uno toma según su azarosa suerte.
En las cautivas casas troyanas
habitan ya, de las lluvias bajo el cielo 335
y de la escarcha libres; y como acaudalados,
sin estar de guardia, dormirán bien todo el amable tiempo.
Si justamente honran a los dioses moradores de la ciudad
y los templos de las deidades de esta tierra conquistada,
no de poseedores serán poseídos. 340
Pero antes el deseo caerá sobre el ejército
por destruir lo que no se debe, por el lucro vencidos.
Pues es necesario que para la salvación del regreso a sus casas
dupliquen el otro tanto de la doble carrera nuevamente.
Y aún sin agravio a los dioses si pudiera llegar el ejército, 345
ni la súbita calamidad de las desgracias
ocurriera, todavía persistirían los recientes males.
Tales cosas tú, de una mujer, de mí misma estás escuchando
¡Que el bien impere y sin vacilación se mire,
pues de los numerosos bienes este beneficio elijo! 350
Coro
Mujer, como un varón prudente hablas.
Y yo, habiendo escuchado tus fidedignos indicios,
a los dioses me preparo a invocar de conveniente modo,
pues es un favor no indigno de nuestra esforzada labor.
¡Oh Zeus rey y Noche amiga, 355
de magníficos lucimientos poseedora,
la que sobre las torres de Troya arrojó
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