Page 395 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides

LAS COÉFORAS

¿Qué te parece? ¿Una murena, acaso una serpiente que engendra
podredumbre rozando a cualquier otro sin morderlo, 995
sólo con su arrojo y su inicuo pensamiento?
¿Qué nombre darle, aun cuando pudiera moderar mi boca?
¿Celada para fiera o mortaja del cadáver
que le cubre hasta los pies? Una red en verdad,
una trama, se podría decir, peplo que ciñe desde los pies. 1000
Tal cosa se procuraría a un hombre ladrón
que a los extraños con fraude de plata ajena
se ganara la vida: con semejante embuste
así a muchos destruiría y con mucho gozaría su corazón.
¡Que alguien así conmigo no llegue a convivir 1005
en la casa: que sin hijos sea destruido antes por los dioses!

Coro
¡Ay, ay, infelices hazañas!
¡Con execrable muerte has sido acabada!
¡Ah, ah!
¡Y para el que queda, el sufrimiento florece!

Orestes
¿Lo hizo o no lo hizo? Me da testimonio 1010
este manto que fue teñido por la espada de Egisto.
El raudal de sangre con el tiempo ha favorecido
la destrucción del generoso teñido del tejido.
Ahora elogio a éste, ahora lo lloro en su presencia,
hablándole al tejido, asesino de mi padre. 1015
Cierto, me duelen las acciones y la aflicción de toda mi estirpe
a causa de la repudiable mancha de mi victoria.

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