Page 113 - Egipto Tomo 1
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             de  lijo muy  pocas  las que puedan poner más  á prueba la industria del labrador. Las
             aguas  de  la inundación temperan
                                    y abonan solamente una porción  del  suelo, que  se
             distingue con  el nombre de tierras rayah; en cuanto  á  los terrenos elevados (sharaki)
                                        artificial, sino también que  se
             no sólo exigen un año con otro un riego        las abone. En
             el Egipto superior constituya un espectáculo frecuente
                                                el del felah manejando  el shaduf:
             en cambio aquí se riegan los campos por medio
                                             de ruedas á las cuales hállanse  fijadas
             ciertas 'sasijas á modo de cántaros, (scikiyeh) ó de norias radiadas, que forman depósitos,
             Y se conocen con  el nombre de tabut. Los búfalos y  los camellos ponen en movimiento
             tales armatostes, cuy'o monótono gruñir se percibe á gran distancia; no siendo sin embargo
             caso extraordinario  el que se mezclen  á tan desapacible son, los acompasados golpes de
             una bomba de vapor establecida junto á la  orilla L
               Aquí  se  saca  el agua para regar  los  pies  del algodonero  cubierto  en  la  época
                                                      ,
             correspondiente, de flores parecidas á  las del rosal silvestre:  allí para dar tempero á los
             campos que cubren  el trigo,  el  lino  «El padre  del sueño» (abri-u-num),
                                      y  el  indigo.
             que es como llaman  los árabes á  la adormidera, matiza con sus flores blancas,  rojas y
             purpúreas extensas porciones del terreno;  y da gozo ver las doradas esferas y los verdes
             cilindros, que ruedan por  el suelo en las eras sembradas de calabazas, pepinos y melones.
             La mayor parte de los campos rinden dos cosechas al año; no siendo pocos los que dan
             tres,  con  tal que  se  establezca verdadera  rotación,  y en determinados  períodos se  les
             deje en barbecho.
               Al  presente  nos aproximamos  á un  lugarcillo  que,  construido  á  la  orilla, parece
             invitarnos á desembarcar.
               Un muro hecho con barro del Nilo; un techo labrado con troncos y ramas de palmera,
             sobre las cuales se extiende una capa de tierra, constituye la cabaña de un felah pobre:
             en cuanto á  los labradores acomodados  se guarecen en casas construidas con ladrillos
             secados al sol; y por lo que se refiere á la gente de pro, dispone ya de viviendas hechas
             con adobes perfectamente cocidos. No existe ventana alguna con vistas á la calle: encima
             de  la mayoría de las puertas,  sencillos motivos de ornamentación tales como losanges,
             óvalos y  espirales:  aquí se ha tomado como elemento decorativo una combinación  de
             platos de porcelana (faenzas) de vivísimos colores;  allí una  prolija  y  minuciosa repro-
             ducción del rey de los animales; en otra parte la pintarrajeada representación del vapor ó
                                        del desierto, sirvieron de vehículo al dueño de
             del camello que, á través del Mar Rojo y
             la casa, cuando hizo su peregrinación á  la Meca. Tales pinturas decorativas pertenecen
             á la escuela de que forman parte  los chiquillos que dibujan por inspiración, es decir á
             la mamarrachera, de la cual encontraremos abundantes ejemplares en  la misma  capital.
             Montones de inmundicias, sobre los cuales crece  la hierba y se revuelven los perros que,
             ladrando  furiosamente,  buscan  huesos  y r  piltrafas con que alimentarse,  obstruyen  las
              i  Rayah, sharaki, shaduf, palabras todas que retraen involuntariamente á la memoria las voces regar, secáno, arcaduz, cast.; y regar,
             secani, catuful, en uso en la lengua catalana  .—  .
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