Page 198 - Egipto Tomo 1
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MEMPHI8. LAS PIRAMIDES          185
                Merced á semejante trabajo sabemos la razón porque tal rey se hizo elevar un monu-
              mento de dimensiones gigantescas, al paso que otro se contentó con una tumba mucho más
              pequeña: porque motivo encontramos únicamente una sola pirámide sin concluir: qué causas
              influveron en  el ánimo de Cheops para que se decidiera á comenzar una obra para cuya
              terminación no podía bastar en último resultado la duración media de un íeinado, siendo
              así que no tenia motivos para esperar que le dieran cima sus sucesores, atentos á labrar
              sus tumbas correspondientes.
                Es pues  el caso, que en cuanto subia al trono un Faraón, principiaba á edificar su
              mausoleo, que al principio se reducía á un edificio de pequeñas dimensiones, afectando la
              forma de una pirámide truncada, con caras casi verticales. En cuanto le asaltaba la muerte,
              pero no antes, sobreponíase sobre esta base, núcleo ó como quiera llamarse, una punta ó
              vértice cuyas caras ó planos prolongábanse hasta  el suelo.  Si terminada  la obra del que
              podríamos llamar primer núcleo ó armazón, habia tiempo y fuerzas para  ello, cubríase
              la pirámide truncada con una nueva capa de bloques formando peldaños, y así sucesi-
              vamente  hasta  el instante en que
                    ,
              toda mera adición, constituía por  sí
              misma una verdadera obra de gigan-
              tes. En cuanto se trataba de termi-
              nar  el  monumento,  era  siempre
              indispensable comenzar por elevar
              el vértice; después se construían los
              peldaños superiores y por último se
              llevaban á cabo los más próximos
              al suelo. Respecto del particular nos
              da gran  luz  la llamada  pirámide  PIRÁMIDE DE DAIISIIUR
              truncada de Dahshur: pues su exá—
              men nos demuestra que  se  le puso  el  remate,  habiendo prescindido  de su conclusión
              por  la parte  inferior,  el monarca no muy piadoso que  le sucedió. En suma: no cabe
              dudar que las pirámides se terminaban de arriba abajo, y lo revela más aún la disposición
              de  las  piedras  con que  se  formaban  los  peldaños,  cuyo  corte  era  tal.  que  podían
              fácilmente mantenerse en  el  sitio en que se las colocaba, según puede verse por la figura
                            la cual nos demuestra que semejantes bloques, cuyas vastas super
              siguiente,
                          1  adherían perfectamente entre  sí, podian sostenerse durante miles de
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              años, por su propio peso,  tan  perfectamente como  si  estuvieran unidas con  la mejor
              argamasa. No hav para que decir que el revestimiento hecho Con losas de piedra pulimentada
              que se conserva aún en  las pirámides de Cheops y Mykerinos, practicábase igualmente
              partiendo del vértice.
                Sabemos pues que  la magnitud de las pirámides aumentaba al compás de la duración
              de  la vida  del constructor, que  podía terminarlas en cuanto  lo tenia por conveniente,
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