Page 34 - Schwarz, Dieter La francmasoneria
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admitir que se sea al mismo tiempo comunista y francmasón, ya que el comunismo tiene
                  su ortodoxia, su absolutismo y especialmente su disciplina. Esta última, que constituye
                  el poder de las fuerzas armadas, es también el de un partido instruido militarmente con
                  miras a la conquista del mundo.
                  La Francmasonería, que honra a todas las convicciones honestas, permite también que
                  entre sus prosélitos haya comunistas. Ella considera al comunismo en su forma pura
                  como un ideal que se puede perseguir para atenuar el excesivo individualismo que
                  padecemos. El ser humano sueña con una solidaridad de la humanidad, con una
                  mitigación de la lucha por la vida. Los francmasones se abandonan en este sentido a los
                  más hermosos sueños, por cuanto se imaginan a la humanidad reunida fraternalmente en
                  una inmensa familia. Espero, aún cuando el francmasón no reconozca límites al
                  concepto de su ideal, sabe sin embargo, como obrero del programa, que solamente
                  mediante el trabajo se puede alcanzar algo. Pero el trabajo que quiere alcanzar algo,
                  debe comenzar en el hombre mismo. Si deseamos llevar a la realidad nuestro sueño,
                  practiquemos cada uno de nosotros el ideal que nos anima del modo que nos sea
                  posible.
                  Si el comunismo nos atrae, ensayemos entonces de practicarlo dentro de nuestra propia
                  y modesta situación actual. Hablemos con dulzura mediante tal ejemplo en lo pequeño y
                  demos la prueba de que el comunismo, a pesar de las tentativas infructuosas de los
                  primeros cristianos, es posible. Una primera experiencia feliz llamaría la atención y el
                  mundo sería convertido poco a poco. Tal es el procedimiento masónico, él está basado
                  en el tallado de las piedras humanas para su destino dentro de la obra. Lento pero
                  seguramente este procedimiento hace depender la obra de la utilidad de los materiales
                  necesarios a la misma El sueño debe ser puesto a prueba en la vida; será juzgado
                  únicamente por los resultados alcanzados.
                  El partido comunista tiene menos paciencia. Él cree en la efectividad de las
                  proclamaciones y se hace la ilusión que aquello que ante todo constituye una ordenación
                  moral, pueda ser impuesto por la fuerza mediante el poderío de un ejército rojo. Por
                  consiguiente tiene completa razón en excomulgar la Francmasonería, porque si bien
                  nosotros respetamos el sueño comunista, no nos podemos dejar alinear dentro de una
                  organización que ensalza los procedimientos menos meditados con precisión. " (27).
                  Junto a los pronunciamientos en favor del "comunismo en su forma pura", interesa de lo
                  que antecede especialmente los métodos mediante los cua¬les los círculos
                  francmasónicos tienen la intención de conducir a la humanidad hacia ese “ideal”.
                  Confesiones tales como que el tallado de las piedras de la humanidad debe ser
                  interpretado también políticamente, son sumamente aclaratorias.
                  De los pasajes reproducidos, se desprende. además, que los representantes de estos altos
                  grados políticamente activos, solamente se sienten contrariados por las, según su
                  opinión, demasiado superficiales y apresuradas medidas del comunismo. Mientras la
                  Francmasonería no había reconocido aún en el Fascismo y en el Nacionalsocialismo los
                  enemigos mortales del comunismo y de la Francmasonería mundiales, los francmasones
                  subrayaron a menudo la diferente metodología entre ella y aquél. Pero en el momento
                  en que el mundo se dividió en dos campos, los "antagonismos" fueron olvidados.
                  Se llega así a una política de frente "popular" francmasónico, debido a la tarea de
                  arbitraje del Gran Oriente francés, y bajo cuyo signo se concretan las nuevas alianzas de
                  la Francia judía  y de las democracias y círculos de la Liga de las Naciones por ella
                  inspirados  con la Unión Soviética. Se completa de tal modo el frente defensivo común
                  del bolchevismo y de la Francmasonería internacionales (cuyas respectivas direcciones
                  se hallan, como vimos, absolutamente controladas por el judaísmo), contra el Fascismo
                  y el "Germanismo”.



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