Page 35 - Schwarz, Dieter La francmasoneria
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3ª Parte
LA FRANCMASONERIA COMO FORMA ANTAGONICA DEL
NACIONALSOCIALISMO
Francmasonería y Fascismo
Como todos los Estados gobernados en forma enérgica y antidemocrática, al servicio
exclusivo de la Comunidad, también la Italia Fascista se vio pronto obligada a entrar en
disputa con la Francmasonería. Esta lucha contra la "serpiente verde", como la
Francmasonería es denominada en Italia, adquirió formas sumamente vehementes. Las
sedes de las logias fueron asalta¬das y los "hermanos" atacados violentamente.
El 13 de febrero de 1923, el Gran Consejo Fascista promulgó una primera resolución
contra la Francmasonería, mediante la cual todos los fascistas que eran miembros de
logias fueron exhortados a romper sin dilación sus nexos con la Francmasonería. A esta
resolución siguió una serie de ulteriores decisiones y leyes, que finalmente, mediante la
Ley Anti Francmasónica de 1925, desbarataron por completo la organización de la
Francmasonería italiana, obligando a una gran parte de sus miembros a emigrar.
El tono con el cual el Gran Maestre Torrigiani respondió a las medidas de¡ gobierno
fascista, fue de una presuntuosidad sin límites. A esto se agrega que Torrigiani trató,
según la táctica francmasónica, de soliviantar al mundo internacional de las logias
contra la Italia fascista. Una de sus publicaciones, en octubre de 1922, terminó con las
siguientes palabras:
"La idea de la humanidad, la conciencia de la confraternidad de las naciones, es lo que
queremos difundir. Estas son también hoy las directivas de nuestra labor. Y por tal
razón queremos esperar que las teorías fascistas no adopten formas, que signifiquen un¡
bofetada para todos los conceptos de democracia y libertad y terminen por constituir
una dictadura, una oligarquía."
A Mussolini le dirigió en 1924 un escrito que terminaba como sigue: "Gustosamente
cargarnos con la culpa de ser fieles custodios de las ideas que han hecho grande a Italia,
de las ideas de libertad, de soberanía popular, de la autonomía del Estado frente a la
jerarquía eclesiástica, de la misma ley para todos. Mas esta opinión no deberá impedir a
Vuestra Excelencia velar por que las leyes sean empleadas también para nuestra
protección."
Precisamente tales exposiciones, que reiteraban permanentemente su esencia
democrática y la acción en pro de la "solidaridad internacional", le atestiguaban al
fascismo que entre sus concepciones y las de la Francmasonería era imposible un
compromiso. En 1925 declaró Mussolini en el “Popolo d´Italia”:
“La Francmasonería es combatida por los fascistas porque es una organización
internacional que desarrolla su actividad en Italia sobre la base de órdenes que le llegan
desde el exterior No se Puede ser buen italiano y simultáneamente francmasón, porque
el Palazzo Giustiniani obedece a directivas extranjeras. La Francmasonería giustiníánica
estuvo siempre en contra de las acciones italianas en Abisinia, en Libia, en el
Dodecaneso, en Dalmacia y en Albania. Apoyó, debido a un criterio internacional,
nuestra participación en la Guerra Mundial; pero desvalorizó la victoria. Quiso la
guerra, pero impidió la cosecha de los frutos legítimos y sagrados del triunfo militar."
Con la condena del general francmasónico Capello a treinta años de prisión -en razón de
su participación en el frustrado atentado contra Mussolini realizado por Zaniboni y
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