Page 261 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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        250       Parte  II.  Doctrina espiritual de Abenarabi
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           "Pero, volvió a replicar ella, ¿aspiráis a lograr por vuestro servicio alguna
        recompensa?"
          —
           "¡Claro es que sí!", le respondieron.
          — "¿Y por qué eso?"
          —
           "Pues porque Dios mismo nos ha prometido premiar cada obra buena con
        su décuplo."
          —
           "¡Loado sea Dios!, exclamó la devota. Si pues le dais uno y recibís diez,
        ¿en qué consiste vuestra generosidad para con El?"
          —
           "Entonces, ¿qué es a tu juicio la generosidad?"
          —"Para mí, la generosidad consiste en que sirváis a Dios con ánimo grato,
        deleitándoos en su obediencia sin repugnancia alguna y sin aspirar por ello a
        recompensa ni premio, hasta tal punto, que os sea indiferente lo que vuestro
        Señor quiera hacer con vosotros. ¿No os da acaso vergüenza el pensar que Dios
        escudriña lo más íntimo de vuestros corazones y se entera de que aspiráis al
        do ut des? ¡Aun en las cosas de acá abajo es fea esta actitud!"
          De otra devota, la esclava de Atab el Secretario, aduce Abenarabi
        una linda poesía mística, cuya última estrofa es lírica expresión de!
        mismo tema (1)
                   "¡Objeto de mis ansias!
                   ¡Señor y Dueño! ¡Apoyo y sostén mío!
                   ¡Cuanto ha que te deseo!
                   ¿Cuándo será que a Ti me vea unido?
                   Si tus vergeles celestiales busco,
                   No es por gozar allí de tus deleites.
                   Sólo los apetezco,
                   Porque en  ellos, Señor, espero verte."
          Más explícito es todavía el siguiente fragmento atribuido a un jo-
        ven discípulo de Dulnún el egipcio (2)
                   "Todos ellos a Dios rendidos sirven
                 Porque temen el fuego del infierno
                 Y creen que el librarse de esa pena
                 Es ya para ellos beneficio inmenso.
                 Pero yo, que no pongo mis miradas
                 Ni en el infierno ni en  el paraíso,
                 En pago del amor que a mi Dios tengo,
                 Ni quiero recompensa ni la pido."
          (1)  Fotuhat,  II, 474.
          (2)  Fotuhat,  II, 458.
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