Page 31 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Su aplicación al islam 27
lo son los de la confesión sacramental y la comunión eucarística, de-
ben contribuir a crear y a fomentar, en quienes los profesan y practican,
actitudes psicológicas específicas y reacciones proporcionadas, que no
se darán, por lo tanto, en las religiones y sectas que carezcan en ab-
soluto de este conjunto de elementos (dogma, ascética y culto) o que
sólo en parte los posean. Claro, es, sin embargo, que, como advierte
Pinard, la vida espiritual de las religiones y sectas distintas de la ca-
tólica ofrecerá caracteres tanto más similares a los de la espirituali-
dad cristiana ortodoxa, cuanto mayor sea el patrimonio dogmático, mo-
ral y ascético que conserven, heredado de ésta. Por eso cabe suponer
a priori que en la iglesia rusa y en las fracciones más conservadoras
del protestantismo y del angücanismo se podrán dar casos de perfec-
ción mística, análogos en parte, aunque siempre específicamente dis-
tintos, de los que la espiritualidad católica ofrece.
Esta analogía basta, sin embargo, para fundamentar psicológica
y teológicamente la verosimilitud y ortodoxia de la hipótesis que he-
mos formulado, al intentar resolver el problema que nos ocupa. Por-
que si el islam ha conservado, como hemos visto, un caudal no despre-
ciable de ideas religiosas y de métodos ascéticos, heredados del mo-
nacato cristiano oriental, en la medida en que tales ideas y métodos
hayan sido más exacta y sinceramente interpretados y vividos, habrán
debido también engendrar en las almas procesos psicológicos, es de-
cir, estados de conciencia, y reacciones prácticas, así individuales como
sociales, de naturaleza análoga a la de sus modelos cristianos, supues-
tas siempre las condiciones indispensables y las reservas de rigor en
lo que atañe a la dispensación por Dios de sus gracias.
Esta hipótesis, finalmente, sería además una prueba palmaria de
la sobrenatural fueiza expansiva del cristianismo, que ha logrado infil-
trarse por milagrosa exósmosis a través de las paredes visibles del
cuerpo de la Iglesia, para alumbrar con ¡os esplendores de la revela-
ción divina a una religión como la musulmana, que exteriormente pa-
recía desligada de todo nexo con la fe de Cristo, pero en la cual se
daban, ya lo hemos visto, las condiciones mínimas indispensables para
la salvación.