Page 28 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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24               Objeción  y respuesta
        predicación del cristianismo, realizada por un musulmán en  el seno
        de una sociedad musulmana, es decir, algo tan extraño a las normales
        vías y ordinarios decretos de la Providencia, que no merece ser  ni
       siquiera examinado, por su inverosimilitud. La economía del orden so-
        brenatural no se realiza al margen del orden natural, sino, antes bien,
        supuesto este orden, aunque para superarlo. Quiere ello decir que Dios
       se acomoda normalmente, en la medida de lo posible, a las circunstan-
        cias del medio geográfico e histórico, para realizar sus planes ten-
       dientes a la salvación de todos los hombres.
          Una comprobación de esta economía, por lo que atañe a nuestro
       caso, nos la ofrece la historia del sufismo musulmán. A pesar de las
       declaraciones explícitas de los sufíes, que abiertamente proclaman la
       sumisión más sincera al credo islámico, fueron tachados a menudo de
       herejes y aun de infieles por los alfaquíes o doctores de su iglesia.
       El instinto de los simples fieles y la sagaz penetración de los teólogos
       ortodoxos descubrían en  las teorías místicas y aun en los métodos
       espirituales de los sufíes algo extraislámico. A estas sospechas, per-
       fectamente fundadas como hemos visto, obedeció la máxima dificultad
       con que  el sufismo hubo de luchar en su larga historia, sembrada
       de persecuciones y hasta de martirios (1). Si, pues, esa cristianización
       implícita, indirecta y parcial del islam, realizada veladamente por los
       sufíes, encontró tamaños obstáculos, es evidente que no habría podido
       ni intentarse siquiera a cara descubierta con medianas garantías de
       éxito. Y Dios en su sabia providencia no se sirve de medios que tiendan
       al fracaso; los altos fines de su voluntad universal de salvar a los hom-
       bres se realizan en cada tiempo y lugar por aquellos caminos que, sien-
       do eficacísimos, se acomodan mejor a las circunstancias normales del
       medio y a las naturales diferencias de complexión y mentalidad de los
       varios pueblos y razas. Donde y cuando la plena evangelización ha de
       encontrar, pues, obstáculos humanamente insuperables, la Providen-
       cia divina tratará de obtener  el logro de sus altísimos fines parcial-
       mente, es decir, atrayendo las almas hacia El en la medida posible a

         (1)  Cfr. Goldziher, op.  cit,  145.
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