Page 24 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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20 ¿Pueden darse en el islam los carisnias?
nes desde muy antiguo para su religión) la posibilidad de salvarse
todo hombre, aunque no posea en principio más gracias que la de la
razón natural, y que, por ende, hasta los infieles que vivieron antes de
Cristo y los que después de El se vieron privados de toda noticia de
su revelación (como los americanos precolombinos, por ejemplo), to-
dos ellos recibieron de Dios gracias suficientes para salvarse, median-
te la fe explícita en un Dios creador, providente y remunerador, la
cual incluye implícitamente la fe en un Mediador, que es Cristo Esta
doctrina, laxa y benigna, de la salvación de los infieles, Caperan ha
demostrado ser, no sólo la ortodoxa, sino la más común entre los
teólogos católicos hoy y desde el siglo XVI, enfrente de la opinión,
más estrecha y dura, del jansenismo y del protestantismo. Para éste,
singularmente, la justificación y la salvación no pueden obtenerse más
que por la fiducia o convicción firme de la apropiación de los méritos
de Cristo redentor; de modo que así como la sola fe salva y justifica,
así también la falta de fe fiducial corrompe en el sujeto hasta las obras
buenas, convirtiéndolas en vicios y pecados (1).
8. Otro problema se plantea al teólogo católico, estrechamente
enlazado con este de la salvación de los muslimes. Cabe en ellos, como
hemos visto, la existencia de la gracia santificante, es decir, la santi-
dad, supuestas todas las condiciones supradichas de fe implícita, error
invencible y vida moral irreprochable, así por seguir las normas de
la ley natural, como por imitar además en lo posible los altos ejemplos
de la perfección evangélica. Si esto es así, ¿cabrá también admitir la
existencia en tales almas de las otras gracias que los teólogos llaman
gratis datas, es decir, éxtasis, milagros, carismas o dones preterna-
turales?
Como en el problema anterior, también hay que partir en éste de
la realidad de los hechos, tantas veces afirmada como histórica por
los hagiógrafos musulmanes. Las biografías de los grandes místicos
del islam están llenas de relatos, más o menos legendarios, que les
(1) Cfr. Caperan, Essai historique, 523-524.