Page 27 - El Islam cristianizado : estudio del "sufismo" a través de las obras de Abenarabi de Murcia
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Objeción  y respuesta      23
        revelación auténtica del Antiguo y del Nuevo Testamento. La fe en
        esas verdades hemos dicho también que es suficiente para la justifica-
        ción y la salvación de quienes las profesan y obran en consecuencia,
        siempre que por error invencible crean de buena fe que siguen el ca-
        mino recto. Para confirmar, pues, a estas almas, no en los errores par-
        ciales que profesan, sino en las verdades reveladas que creen, parece
        que los carismas podrían ser otorgados por Dios a un muslim santo,
        sin que por ello se frustrara ni contrariase el objetivo providencial de
        las gracias gratis datas. Adviértase, en efecto, que el musulmán, suje-
        to hipotético de esos carismas, y quienes los presencian, suponemos que
        creen de buena fe en la verdad total del islam. Ahora bien, para atraer
        a estas almas hacia Dios, no es absolutamente necesario que Este
        altere o trastorne por completo las condiciones del medio o ambiente
        religioso en que ellas nacieron y se educaron. Aparte de las vías ordi-
        narias que la Providencia ha establecido para lograr el fin de la sal-
        vación de los hombres, es decir, fuera de la Iglesia y de los sacramen-
        tos, pueden también contribuir al logro de ese mismo fin último otra
        multitud de medios supletorios o disposiciones especiales, para aque-
       llos individuos a quienes por razones geográficas o históricas la eco-
       nomía del plan general de la Providencia no hay manera que les apro-
       veche. Es axioma escolástico que Dios no ha vinculado su omnipo-
       tencia salvífica en los sacramentos ("Deus suam potentiam sacramen-
       tis non  alligavit"). En  este supuesto,  los carismas otorgados  por
        Dios a un místico o santo musulmán podrían contribuir a infundir o
       a reavivar en las almas la convicción y la fe en las verdades morales
       y en los métodos ascéticos que  el predicador enseña y practica. De
       ese modo se realizaría evidentemente, aunque sólo en parte, el fin prin-
       cipal asignado por el Doctor Angélico a las gracias gratis datas, es a
       saber: "ut quídam per alios in Deum reducantur, id est, ut ad justifi-
       cationem alterius aliquis cooperetur". Y decimos "aunque sólo en par-
       te", porque su realización total exigiría—dicho se está— que el sujeto
       de los carismas, a la vez que exhortase a las almas a la imitación de
       sus personales virtudes,  las invitara también a  la  fe explícita en  el
       credo cristiano; pero claro es que esto implicaría por fuerza la abierta
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