Page 60 - Ominosus: una recopilación lovecraftiana
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Abre  los  ojos  y  no  son  sus  ojos,  sino  los  ojos  de  una  criatura  marina

               adaptados a esa noche perpetua. Los ojos sin alma de un pejesapo o de un pez
               pelícano,  los  ojos  como  dos  idénticos  estanques  de  tinta,  y  de  su  boca
               entreabierta sale algo disparado…
                    Y  después  no  hay  más  que  estática,  y  me  quedo  mirando  fijamente  el

               zumbido del negro moteado de gris.
                    «Todas  las  respuestas  estaban  aquí.  Todo  lo  que  te  has  estado
               preguntando… Yo te lo ofrecí».
                    Más  tarde  (tal  vez  una  hora,  tal  vez  cinco  minutos  después),  pulsé  un

               botón y la cinta salió obedientemente del vídeo. Leí la etiqueta en voz alta,
               por si todas las demás veces la había leído mal, por si la marca de tiempo del
               vídeo estuviera mal. Pero era la misma de siempre: el día antes de que Jacova
               recibiera en la playa de Moss Landing a los suplicantes de la Puerta Abierta

               de la Noche. El día antes de que los llevara mar adentro. El día antes de que
               se ahogara.



                                                            §



               Cierro los ojos.
                    Y vuelve a estar aquí, como si nunca se hubiera ido.
                    Susurra unas frases guarras en mi oído y su aliento huele a salvia y pasta

               de dientes.
                    «Los manifestantes exigen que el Instituto de Investigaciones del Acuario
               de la Bahía de Monterey ponga fin de inmediato a su continua explotación del
               cañón  submarino.  El  cañón  de  cuarenta  kilómetros,  aseguran,  es  un  lugar
               sagrado  que  está  siendo  profanado  por  los  científicos.  Jacova  Angevine,

               excatedrática de la Universidad de Berkeley y líder del controvertido culto de
               la Puerta Abierta de la Noche, compara el lanzamiento del nuevo sumergible
               Tiburón  II  con  el  saqueo  de  las  pirámides  egipcias  por  los  asaltantes  de

               tumbas» (San Francisco Chronicle).
                    Le digo que tengo que ir a Nueva York, que tengo que aceptar ese trabajo,
               y ella responde que quizá sea lo mejor. No le pregunto qué quiere decir; no se
               me ocurre que pueda ser importante.
                    Y me besa.

                    Más  tarde,  cuando  hemos  acabado  y  estoy  demasiado  exhausto  para
               dormir, me quedo tumbado despierto, escuchando el mar y los leves, ansiosos
               sonidos que hace en sueños.






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