Page 202 - La sangre manda
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—Sí —corrobora Dan—. Brad lo sabe desde que tenía algo más de veinte
años. Ha trabajado conmigo en esto desde 2005, aproximadamente. ¿No es
así, Brad?
—Desde un poco más tarde —corrige Brad después de tragar un trozo de
su pastelillo.
Dan se encoge de hombros. El gesto parece dolerle.
—A mi edad todo empieza a desdibujarse —dice, y a continuación dirige
una mirada casi iracunda a Holly. Sus pobladas cejas (esas no son postizas) se
juntan—. Pero no en lo que se refiere a Ondowsky, como ahora se hace
llamar. En cuanto a él, mi memoria es clara como el agua. Desde el
principio… o al menos desde que yo empecé a investigar. Te hemos
preparado una sesión completa, Holly. Brad, ¿está preparado ese primer
vídeo?
—Todo a punto, abuelo.
Brad coge su iPad y, con un mando a distancia, enciende el enorme
televisor. En esos momentos solo muestra una pantalla azul y la palabra
LISTO.
Holly espera estarlo también.
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—Yo tenía treinta y un años cuando lo vi por primera vez —dice Dan—. Lo
sé porque mi mujer y mi hijo me habían organizado una pequeña fiesta de
cumpleaños una semana antes. Parece que hace mucho tiempo y parece que
fue ayer. Por entonces aún patrullaba. Marcel Duchamp y yo estábamos en el
coche, a un paso de Marginal Way, ocultos detrás de un banco de nieve,
esperando a que pasara algún conductor por encima del límite de velocidad,
cosa poco probable en la mañana de un día laborable. Comíamos rosquillas,
bebíamos café. Recuerdo que Marcel se guaseaba de mí por la portada de
algún libro que yo había hecho, preguntándome si a mi mujer le gustaba que
pintara chicas sexis en paños menores. Creo que estaba diciéndole que
precisamente para esa portada había posado su mujer cuando se acercó al
coche un corredor y llamó a la ventanilla del lado del conductor. —Hace un
alto. Menea la cabeza—. Uno siempre recuerda dónde estaba al recibir una
mala noticia, ¿no?
Holly se acuerda del día que se enteró de que Bill Hodges había muerto.
La llamada fue de Jerome, quien, casi habría podido asegurar, contenía las
lágrimas.
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