Page 208 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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veces» de las dos ciudades, desde Adán hasta el nacimiento de Cristo. La segun
da tabla lateral es el tiempo en el que vivía Agustín, o en el que vivimos nosotros
ahora, y donde vivirán nuestros descendientes. La historia se detendrá cuando
se acabe su crecimiento espiritual, que, lejos de confundirse con su crecimiento
demográfico, sólo puede ser retardado por este último.67
Agustín dramatiza en exceso. Son un recurso dialéctico rentable a
su propósito las imágenes tremendas del Apocalipsis de Juan (20, 6)
donde los justos se sitúan al lado del Padre, en el cielo. Vivos y muer
tos, mitos e historia, hombres y santos, vida cotidiana y filosofía del Ser
supremo, muerte y vida eterna; éstas son las paradojas que maneja
Agustín con gran habilidad y mayor intencionalidad.
Para unos la obra agustiniana es la síntesis de la filosofía cristiana de
la historia «proyectada sobre los destinos de la comunidad humana,
flotando por encima de los fenómenos sociales con arreglo a un plan
que transciende al orden político»,68 para otros, en cambio, no es filo
sofía pura sino ideología (implica a la sociedad), y es pragmática, que
afecta a las normas de conducta sociales y no es sólo una forma de
comprender intelectualmente el fenómeno histórico. El logos en Agustín
es más que inteligencia divina, es encamación humana en el tiempo,69
con una dimensión política que maneja una dualidad temporal (presen-
te-futuro): Dios como realidad presente y como promesa escatológica,
como sostén del orden presente y como garantía de orden futuro.70 Esta
visión desacredita per se las soteriologías paganas ubicadas en la
intemporalidad-pasada-mítica, e integra y proyecta su mensaje hacia el
futuro inscribiéndolo en un tiempo histórico, pero tendente a transfor
marse en un tiempo-ideal característico de las ideologías conservado
ras.71 La historicidad real del mensaje escatológico fiie sustituida por
la plática pastoral que proponía una temporalidad mítica sui generis,
de sustitución, que situaba los acontecimientos en un plano de histo
ria idealizada. La creciente docilidad social, política y religiosa de los
67 S. Lancel, op. cit., 574.
68 G. del Estai, art. cit. 251. J.J. O’Meara, «The Historicity of the Early of the Early Dialogues
of Saint Augustin», Vig. Christ. 5, 1951, 150-178.
69 G. Puente Ojea, op. cit. 290.
70 En contra, J. Losada, «Escatología y mito»; y E. Pascual Calvo, «Kerigma, mito, historia» en
Revelación y pensar mítico, Madrid 1970,285-301 y 255-267, respectivamente.
71 G. Puente Ojea, op. cit. 297; A. Saucerotte, Révolution et contrérevolution dans l ’Eglise.
Doit-on brûler St. Agustín?, Paris 1970.