Page 28 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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        En las asas del vaso François45  aparecen dos Gorgonas en posición
     de carrera, vestidas con chitón corto con el que aparecen sólo en figuras
     continentales, un brazo levantado y otro hacia atrás, brazos que sustitu­
     yen al segundo par de alas que ahora no se conservan. Hay un plato
     procedente de Olimpia46 de un atleta en carrera cuyo arquetipo corres­
     ponde casi exactamente al de Gorgona, al que naturalmente habría que
     añadir el par de alas convencional y la máscara-cara de Gorgo. Hay una
      asociación evidente entre la velocidad de los atletas olímpicos y la ve­
     locidad que se supone tiene Gorgo (en su huida) siempre representada
      con alas. La gran aceptación de esta figura en el Peloponeso explica su
     contaminación formal. La velocidad y las alas son las que refuerzan ese
      carácter de operatividad vertical a que aludía antes, de elevación mate­
      rial pero también de posesión de lo «humanamente inaccesible». En
      este vaso Gorgona está fuera del contexto narrativo principal, que se
      centra en la vida de Aquiles, pero no obstante de ello deduzco varias
      cosas: primero, que se la inserta dentro de un ciclo mítico antiguo; y
      segundo, que ya posee una convencionalidad artística, ca.  590 a. C.,
      asumida plenamente como griega. El vino colmando el ánfora rozaría,
      a nivel, los pies de las Gorgonas, produciendo el efecto visual de surgir
      estas del líquido, que nos evocaría su origen marino, y al mismo tiempo
      se va definiendo en su potencialidad apotropaica: quien se acerque a
      beber tendrá que enfrentarse a su mirada.  Y como se verá después,
      enfrentarse a Gorgo es traspasar la puerta al más allá, que aquí es sólo
      una frontera entre la vida normal y la ebriedad.47
         El tipo de Goigona de origen greco-asiático, tipo jonio, comprende­
      ría las costas asiáticas e islas próximas, y aparece con un peplos descen­
      diente hasta los pies, cuatro alas fuertes, y cada vez más frecuentemente
      con serpientes, ya en las manos o en la cintura y pasarán a ser uno de los
      elementos que visualmente definirán a Goigo. Los movimientos sinuosos
      y el poder mortífero de las serpientes sugieren la presencia misteriosa del




      45 R.M. Cook, Greek Painted pottery, London 1972; J. Boardman, (dir.), Historia Universal
         del Arte - 1, Madrid  1984,  136; M. Robertson, op. cit. 74.
      46 C. Durantez, Los juegos olímpicos antiguos, Madrid 1965,113, fig. 45, y pág. 16, fig. 4.
      47 J.P. Vemant, «L’Autre de l'homme. La face de Gorgo», Mélanges L. Poliakov, Bruxelles
         1979,  141-50, y F. Frontisi-Ducroux, «Au miroir du masque», en La cité des  images.
         Religion et société en Grèce antique,  1984,  146-161.
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