Page 13 - LACORRETAEXPRESION
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▪Mostrar una actitud de respeto y cuidado hacia la lengua, siendo conscientes de
que nuestra forma de hablar proporciona mucha información sobre nuestra personalidad y
sobre nuestra forma de ser y de actuar.
▪Comprender que todos tenemos aptitudes para expresarnos con corrección, y
que hay que no hay que confiar ninguna intervención oral y escrita a la improvisación: todo
discurso requiere una redacción previa.
▪Sólo quien conoce la lengua puede expresar la realidad exterior (alcorque,
alfeizar...) y la realidad interior (sentimientos y emociones...).
▪Se trata, dada la corta duración de esta ponencia, de realizar un rápido recorrido
por los errores lingüísticos más frecuentes. No pretendo poner de relieve la magnitud
de nuestra ignorancia, sino, más bien, recordar lo que aprendimos o descubrir lo que
ignoramos.
▪Persigo, en esencia, concienciar de la importancia de hablar y escribir bien: el
correcto uso de la lengua también es un rasgo que sirve para definirnos.
▪Todos somos profesores de lengua (tema transversal) en la medida en que la
utilizamos como instrumento para transmitir conocimientos. Por tanto, hay que formarse
para no achacar nuestros errores a la improvisación (falta de tiempo...) ni a un
desconocimiento injustificado.
▪Un documento escrito requiere un proceso constante de revisión: nadie redacta
perfectamente un borrador. La búsqueda de la exactitud sirve tanto para ordenar la
coherencia de un texto como para eliminar los errores y redundancias expresivas.
▪Hablar bien es evitar igualmente la retórica y usar las palabras sencillas y
necesarias para expresarse con precisión. Recordad el consejo de Juan de Mairena: es
mejor decir “Lo que pasa en la calle” que “Los eventos consuetudiarios acontecen en la
rúa”. O es preferible decir el refrán en román paladino (“Más vale pájaro en mano que ciento
volando”), en vez de esta versión perifrástica de Camilo José cela: “Más vale plumífero
alado en cuenca metacarpiana que antilogaritmo de dos en atmósfera de éter”.