Page 11 - Revista ProfELE

proceso de aprendizaje de una L2 es similar al
proceso de adquisición de L1. [2]
Además, se hacía énfasis en la enseñanza de
vocabulario y estructuras de uso cotidiano.
(Figura #2)
Figura #2. Método Directo
Tras la segunda guerra mundial, se desarrollaron
dos corrientes metodológicas: el Método
Audiolingüal y el Audiovisual. El método
audiolingüe apareció como consecuencia del
interés dado a la enseñanza de lenguas extranjeras
en Estados Unidos hacia finales de los años 50.
Está basado en la experiencia previa de los
programas del ejército para la enseñanza de
idiomas y en enfoque oral o estructural
desarrollado por C.C. Fries. [3]
Siguiendo los principios básicos del
estructuralismo, se creó esta metodología de
enseñanza de L2 que anuló casi por completo el
método de gramática traducción vigente hasta los
años 40 del siglo XX.
Según Richards y Rodgerds, el método audiolingüe
consistía en escuchar un diálogo modelo que servía
para contextualizar las estructuras que se
encontraban en la lección, así se ilustraban las
situaciones lingüísticas en que se podían usar estas
estructuras. (Figura #3)
Figura #3. Método Audiolingüe
El diálogo se repite, se memoriza y luego es
representado por los estudiantes, haciéndose
énfasis sobre todo en la pronunciación y la
entonación. [2]
El otro método es el método audiovisual, que es un
modelo didáctico concebido para la enseñanza de
LE a principiantes. Da prioridad al lenguaje oral,
sin por ello desatender el lenguaje escrito.
Se considera que el aprendizaje de la LE se
canaliza a través del oído (escuchando diálogos) y
de la vista (observando la situación). Este método
surge en Francia y fue difundido por el Ministerio
de Educación de ese país.
Entre las ventajas de este método se encuentra el
que los medios audiovisuales favorecen el empleo
de un lenguaje más natural y próximo a la realidad
de los hablantes nativos. [4]
3. Enfoque Comunicativo
De acuerdo al Centro Virtual Cervantes “La
comunicación no es un mero producto, sino más
bien un proceso, que se lleva a cabo con propósito
concreto, entre unos interlocutores concretos, en
una situación concreta. Por consiguiente, no basta
con que los aprendientes asimilen un cúmulo de
datos –vocabulario, reglas, funciones…-; es
imprescindible, además, que aprendan a utilizar
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