Page 134 - Abrázame Fuerte
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—¡Para, para! —le interrumpe Marcos—. ¿Te crees que esto se aprende en
      dos minutos? La carrera de guitarra dura más de diez años, y la de piano, ni te
      cuento. Yo llevo años practicando.
        —¿Qué quieres decir con eso? ¿Que no me ves capaz de aprender o que no
      quieres darme clases?
        Marcos no sale de su asombro: ¡Estela se ha presentado en su casa para que
      le  dé  clases  de  guitarra!  Esta  chica  es  una  caja  de  sorpresas.  La  idea  no  le
      desagrada, estaría bien tener una compañera para practicar. Pero ¿no será una
      excusa para ligar con él? Él no es en absoluto creído, pero está más que claro que
      le gusta a Estela. Y a Marcos le irrita que la gente no se tome la música en serio.
      Para él es algo muy importante. Y, ahora mismo, no se fía de las verdaderas
      intenciones de Estela.
      Mientras, en casa de Manu y Sergio
      Sergio se ha levantado más ansioso de lo normal. No tiene clase de pintura hasta
      las  cinco  de  la  tarde,  y  hoy  se  ha  levantado  sobre  las  diez  de  la  mañana.  Lo
      habitual es que, al aprovechar las noches para pintar grafitis, no se levante antes
      de las doce del mediodía. Parece estresado. Pone la música a tope y se prepara
      un café con leche y unas tostadas. Manu se despierta con tanto ruido. Sale de su
      cuarto, que está junto a la cocina y, sin que su primo se dé cuenta, coge la taza de
      café aún caliente de Sergio y le da un sorbo.
        —¡Primo! Eres un gorrón, sabes que no soporto que hagas eso.
        —Me has despertado, tío. ¿Se puede saber a qué viene este follón? ¿Adónde
      vas tan pronto?
        —Pues no lo sé. No tengo clase hasta las cinco.
        —¿Has quedado con Bea? —pregunta el otro.
        Antes de contestar a Manu, Sergio ya se siente mal. Se acaba de dar cuenta
      de que se ha levantado alegre porque había quedado con Silvia y no con Bea.
      Sabe que eso no está bien, pero no puede evitar sentir lo que siente. Está hecho un
      lío.
        —No. He quedado con Silvia al salir de clase —confiesa.
        —Uy… Que nos estamos metiendo en un buen lío…
        —No sé qué me pasa, primo. Pero desde el primer día… Hay algo en Silvia
      que… Te lo digo de verdad; creo que voy a ser sincero con ella y se lo voy a
      contar.
        —No lo hagas —dice Manu muy en serio.
        —¿Por qué?
        —Porque no lo tienes claro. No la cagues como siempre.
        Manu  tiene  razón.  Sergio  es  un  chico  muy  impulsivo  y  siempre  tiene  la
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