Page 135 - Abrázame Fuerte
P. 135
necesidad de actuar. Va demasiado rápido. Sabe que le gusta Silvia, pero también
le gusta Bea, aunque las cosas entre ellos no parezcan fluir con facilidad. Su
problema es que no está totalmente seguro de que le guste a Silvia.
—Necesito saber, Manu.
—¿Saber qué?
—¡Si le gusto! Si no le gustara, todo sería más fácil.
Manu se sienta a la mesa, abre el frasco de mermelada, mete el dedo hasta el
fondo, lo chupa y dice:
—¡Mujeres! No podemos vivir ni con ellas ni sin ellas.
Sergio se ríe. Su primo es así. Sabe que después de esa frase tan típica y
tópica les espera una buena charla.
Más tarde, en el parque
Marcos ha decidido salir a pasear a Atreyu con Estela. No tiene muy claro que
esto de la música vaya en serio, y quiere asegurarse. Van a una zona del parque
que está algo escondida, llena de palmeras y arbustos mal cuidados. A la gente no
le gusta porque es una zona demasiado agreste, pero a Marcos y a su perro les
encanta. Sobre todo a Atreyu, que sabe que puede correr con libertad y husmear
por donde le plazca. Los chicos se sientan debajo de una de las palmeras, y
Marcos saca su guitarra.
—¿Por qué yo, Estela? Si vas a clases de teatro, podrías apuntarte también a
clases de música. ¿Por qué quieres que te enseñe yo?
—Porque ya me ha costado bastante convencer a mi familia para hacer
teatro como para decirles ahora que quiero cantar. No me tomarán en serio…
—Entiendo. A veces es difícil —contesta Marcos, abrazando la guitarra.
—¿El qué?
—Pues eso. ¿Te crees que a mi madre le gusta o entiende que esté todo el día
con la guitarra? Ella lo considera una pérdida de tiempo. No está nada orgullosa
de mí en ese sentido.
—¿Por qué pasa eso, Marcos? ¿Por qué si aspiramos a ser médicos o
abogados, nuestros padres se sienten bien, pero si queremos dedicarnos al mundo
del arte piensan que nos equivocamos?
—No lo sé, pero es verdad que lo tenemos más difícil que los demás.
—¡Muy difícil! Porque, para colmo, el artista depende del reconocimiento de
la gente.
—¡Exacto! —contesta Marcos, emocionado, como si lo acabara de descubrir
en ese mismo instante—. Es importante que los que te quieren te digan que lo
haces bien, que tienes talento, y que te apoyen… Nadie me ha dicho nunca que
tengo talento, ni me ha animado, ni nada por el estilo…