Page 140 - Abrázame Fuerte
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camino, sopesa la posibilidad de llamar a Sergio, pero sigue pensando que no es
      una buena idea. « Cuando llegue a casa me conecto al Messenger» .
        Y así lo hace. Al llegar, lo primero que hace es encerrarse en su cuarto y
      abrir  el  ordenador.  Ni  rastro  del  chico.  Curiosea  en  su  pestaña  de  favoritos
      buscando  alguna  web  interesante  para  leer.  Y  se  encuentra  con  el  blog  de
      Blancanieves. Parece que Ana ha colgado una nueva entrada:
      Nueva entrada:
                     Mirada de Princesa
        Tiene  mirada  de  princesa.  La  veo,  la  observo  y  me  pregunto:
        «¿Dónde  estará  el  fallo?».  Creo  que  no  lo  hay.  ¿Será  ése  el  fallo?
        Hay que encontrarlo para intentar superarlo. Pero ¿cómo superar algo
        que es demasiado perfecto? No se puede.
          Tenía  ese  sentimiento  hace  un  tiempo,  cuando  mi  amado  no
        estaba  conmigo,  sino  con  ella,  con  la  mujer  perfecta.  Yo  me  sentía
        mal, y no hacía nada más que lamentarme. Su perfección me creaba
        mucha inseguridad y me convertía en más imperfecta aún. Hasta que
        un  día  se  descubrió  el  pastel.  La  mirada  era  de  princesa  pero  el
        corazón lo tenía de bruja. Y mi envidia se convirtió en compasión.
          Moraleja:  Créetelo.  Te  quiere.  Y  no  pienses  nunca  nunca  en  que
        otra es mejor para tu príncipe. Tú eres la princesa y puedes llegar a
        tener tu propio reino. Sólo tienes que ser buena y confiar en el amor.
          Firmado:
          Blancanieves

      Bea no se lo puede creer. Parece como si Ana hubiera escrito esta entrada para
      ella. ¡Qué fuerte! Sin pensarlo, coge el teléfono y llama a Sergio. Se lleva una
      sorpresa mayúscula cuando contesta una voz de mujer.
        —¿Dígame?
        Bea se queda callada, comprueba en la pantalla que está llamando a su chico
      y, al ver el nombre del chico allí, reacciona:
        —Sí, hola, quería hablar con Sergio.
        —¿De parte de quién? —pregunta la voz.
        —De Bea.
        Le gustaría decirle que es su novia, pero no tiene ni idea de con quién está
      hablando.  Y  entonces  la  voz  le  confiesa  que  es  la  madre  del  muchacho,  y  le
      explica que su hijo ha tenido un accidente.
        —No es nada grave, pero va a tardar en volver a andar. La operación ha sido
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