Page 206 - Abrázame Fuerte
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Capítulo 31
                      Viene, me digo siempre. Bella y nocturna, digo,
                     y está a mi lado y viene. Y en la noche descanso
                    junto a su pecho, al borde de su pecho, al remanso
                        de su cálida sombra sirviéndose de abrigo.
                                    ELVIO ROMERO

      Sábado noche
      Si  hiciésemos  una  encuesta  a  nivel  mundial  y  preguntáramos  a  la  gente  qué
      noche  de  la  semana  prefieren,  seguro  que  ganaría  la  noche  del  sábado.  Es  la
      noche más perfecta de la semana, por muchas razones, aunque la principal es
      que el domingo es festivo para casi todo el planeta.
        Para la mayoría de gente joven, la noche del sábado es vital. Es la noche de
      la  esperanza,  la  noche  en  que  siempre  pasa  algo,  la  noche  que  se  recuerda
      durante la semana siguiente. Es la noche de conocer gente, amigos, la noche de
      la aventura y, cómo no, del bailoteo antes ensayado en la habitación.
        Silvia está preparadísima y muy contenta. Hace demasiados sábados que no
      tiene ganas de salir, o que sale sin ganas, pero el SMS de Nacho le ha abierto las
      puertas  a  algo  que  estaba  esperando  desde  hace  tiempo.  La  chica  siempre  ha
      fantaseado  con  salir  un  sábado  noche  con  un  chico,  ir  a  bailar  o  al  cine  y
      después… besarse hasta las cuatro de la madrugada en el parque, donde queda
      con las Princess, y pasar al día siguiente por el mismo parque, ver el banco vacío
      y  pensar:  « Ayer  estuve  en  ese  banco  con  mi  amor…  ¡El  banco  es  el  único
      testigo!» .
        Le tiembla todo el cuerpo sólo de imaginarlo. Silvia aprieta los puños y los
      dientes.  Está  tremendamente  nerviosa,  en  el  buen  sentido.  Tiene  ganas  de
      pasárselo bien. Tiene ganas de que alguien la cuide y esté por ella. ¡Tiene ganas
      de BESAR y que la BESEN! Pero debe calmarse.
        La chica está en una pequeña plaza, a veinte minutos de caminata hasta su
      casa. Está esperando a Nacho y, como es habitual en ella, llega cinco minutos
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