Page 228 - Abrázame Fuerte
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—Se hace lo que se puede… Pero ¡aún no la has escuchado!
        —Seguro que es buena.
        —Entonces, ¿te va bien quedar hoy?
        Estela duda unos instantes.
        —No, no puedo; tengo teatro.
        —Oh,  qué  lástima…  Pues  nada,  nos  vemos  mañana  y  lo  hablamos  en  el
      instituto, ¿vale?
        Marcos se despide de la chica, que también cuelga. Estela se siente rara de
      verdad. Hay algo que no le encaja en todo esto. ¡Un momento! ¡Pero si no tiene
      clase de teatro! Le dijo bien clarito a Leo que ya no volverá, y hoy es lunes…
      ¡Lunes de teatro!
        La chica vuelve a coger el móvil y busca a Marcos en sus llamadas recibidas
      para  devolverle  la  llamada.  Los  tonos  van  sonando  y,  de  pronto,  salta  el
      contestador con una voz un poco sosa y con pausas muy largas:
        Hola, has llamado a Marcos. Ahora no estoy. Deja tu mensaje. Gracias.
        Estela  se  ríe.  Es  un  mensaje  muy  insulso,  pero  muy  del  estilo  de  Marcos
      también. Él no es una persona que se deje conocer fácilmente, y su contestador
      es la prueba de ello. El de Leo, por ejemplo, era más extrovertido y más teatral,
      pero Estela lo escuchó tantas veces que al final encontraba de lo más falsa toda
      esa pantomima exagerada. Sí, ¡qué rabia le daba!
        Suena el « piiiiiiiiiiiiip» . Ahora es el turno de Estela:
        —¡Marcos!  Soy  yo…  Sí  que  voy.  Andaba  distraída  y  pensaba  que  tenía
      clase… ¡pero no! Me paso alrededor de las seis por tu casa, okey? Cuando oigas
      el mensaje, si estás de acuerdo, hazme una perdida. Eso quiere decir que sí. Si
      no, me llamas y vemos, ¿vale? ¡Un besooooo!
        Cuelga. Le queda una hora para adelantar los deberes de mañana. Se dirige a
      su escritorio y deja el móvil encima de la mesa. Lo mira fijamente. Sigue dando
      vueltas a la cabeza. « ¿Lo hago o no lo hago? —piensa—. Lo voy a hacer, y lo
      hago por mí» , se convence. Vuelve a coger el teléfono y busca en sus contactos
      la letra « L»  de Leo.
        Eliminar contacto.
        La  chica  toma  aire  y  lo  deja  ir  cerrando  los  ojos.  Aprieta  el  botón  de
      « Aceptar» .
        ¿Está seguro que quiere borrar el contacto de su lista?
        Vuelve a suspirar esta vez pensando cómicamente: « ¡Sí que cuesta sacar a
      Leo de mi vida!» , y le da al botón del « Sí» .
        Contacto eliminado.
        Estela  mira  la  pantalla  y  se  queda  abstraída  en  la  frase  « Contacto
      eliminado» . Le parece una frase curiosa porque, aunque haya eliminado a Leo
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