Page 229 - Abrázame Fuerte
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de su agenda, aún se siente muy ligada a él. Pero, como dijo en su día un sabio:
« La tecnología no entiende de sentimientos aunque el amor es una gran
tecnología» . Poco después, Estela recibe la llamada perdida de Marcos.
En ese mismo instante
Silvia está concentrada, estudiando. Como Estela y las otras Princess, se siente
más ligera de lo habitual. De repente suena el tono de mensaje en su móvil. Silvia
lo oye pero hace caso omiso. No es que pase del teléfono y del mundo pero tiene
bien claro que si está estudiando sólo responde a las llamadas. Si son mensajes,
pueden esperar. Si no, la distraen y empieza a chatear y del móvil al Messenger
hay un paso minúsculo.
De pronto vuelve a entrarle otro mensaje. Silvia hace un esfuerzo. Tiene una
especie de lucha interna. Sabe que si mira el móvil, perderá la concentración,
¡con lo que cuesta concentrarse! Este segundo tono la inquieta un poco más pero
continúa estudiando.
Cuando pasan diez minutos su móvil vuelve a sonar. Silvia se ríe. « Pero ¿qué
pasa? Hoy estoy de lo más solicitada, ¿no? Si quieren algo que llamen» . La chica
ha tomado una decisión.
Al finalizar los ejercicios de inglés repasa la agenda por si le queda algo
pendiente. ¿A lo mejor matemáticas? ¡Nooooooo! ¡Ya ha terminado! Con un
movimiento rápido coge el teléfono, marca el pin y… ¡Sorpresa! Los SMS eran
de… ¿Nacho?
¿Tres mensajes? ¿Qué querrá? Silvia los abre uno por uno.
Silvia estás ahí?
Ey… k siento lo de la otra noche… de verdad… lo siento…
Me perdonas?
Podría contestar, y también podría no hacerlo. Silvia se lo piensa. Es cierto
que Nacho se lo hizo pasar mal, la engaño e intentó besarla pero, por lo que dice
en los mensajes, parece que está arrepentido de verdad. Una persona no envía
tres mensajes casi seguidos a alguien pidiendo disculpas, si no se siente realmente
mal.
Silvia decide contestar y escribe: Ok, no te procups. Sta olvidado. Es un buen
mensaje. No le está dando coba y tampoco le echa la culpa de lo que pasó.
Además, si lo piensa fríamente, gracias a ese desafortunado encuentro las
Princess pasaron un domingo de fábula. Silvia se ríe cuando piensa: « Pero ¡si