Page 245 - Abrázame Fuerte
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—¡Gracias!  —Para  agradecérselo,  la  chica  se  arroja  a  los  brazos  de  su
      padre, y él la acoge como cuando tenía cinco años. Le acaricia el pelo con la
      mano.
        —Ahora ya eres mayor, hija —murmura casi para sí, porque no acaba de
      creer que su hija tenga ya dieciocho años—. Y eso significa responsabilidades.
      Tu madre y yo hemos decidido que ya es hora de que dejemos de darte una
      paga. ¡Es el momento de que te busques la vida!
        Bea se zafa del abrazo de su padre, sorprendida.
        —Entonces ¿cómo voy a pagar las facturas del móvil?
        Su madre sonríe y le ofrece un sobre. Bea lo abre.
        —¡Una tarjeta de crédito!
        —Hay algo de dinero para que aguantes hasta que encuentres trabajo.
        Bea no sabe qué decir. La tarjeta es gris, y lleva su nombre. Dentro del sobre
      hay algunos papeles que debe firmar. Se trata del contrato de la tarjeta. Bea lo
      intenta leer, pero hay mucha letra pequeña y está demasiado emocionada como
      para concentrarse.
        —Y eso no es todo… —comenta el padre, que saca otro sobre.
        Bea no sabe qué esperar. Deja la tarjeta junto a la caja del teléfono móvil y
      se dispone a abrir la tercera sorpresa. Hay un papel. Lo lee en voz alta:
        —« Vale  para:  ¡¡¡EL  CARNÉ  DE  CONDUCIR!!!» .  —La  chica  grita
      emocionada  y  salta  encima  de  sus  padres—.  ¡¡¡Gracias,  gracias,  gracias,
      GRACIAS!!!
        —Te  lo  dije,  Lucía.  Este  regalo  es  el  que  le  hace  más  ilusión  —afirma  su
      padre, que disfruta al ver a su hija tan feliz.
      Al cabo de un rato
      Silvia está en su escritorio, delante del teléfono móvil. No está acostumbrada a
      mentir, y se concentra en que no se note. ¡La llamada a Bea debe ser perfecta!
      Busca en sus contactos y llama. Automáticamente le sale una voz que dice: El
      teléfono al que usted llama está apagado o fuera de cobertura en este momento.
      Inténtelo de nuevo más tarde. « Qué raro» , piensa Silvia. No sabe que Bea ha
      apagado su viejo móvil para probar con el nuevo.

      Mientras tanto
      Estela está en casa de Marcos. Los dos están supernerviosos. ¡Hoy van a la tele!
      Uno enfrente del otro, ensayan la canción y la modifican un poco. Estela no se la
      sabe  muy  bien  aún.  Cuando  la  grabaron,  ella  leía  del  papel;  hoy  tiene  toda  la
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