Page 48 - Abrázame Fuerte
P. 48
« ¡Esa renacuaja! ¿Cómo se atreve?» .
Nerea siente la necesidad de hacer algo al respecto. David está a punto de
llegar, y no quiere que la descubra cotilleando su móvil. El corazón le va a mil
por hora. « ¡Esto no va a acabar así!» . Sin pensarlo, poseída por la rabia y el
enfado, Nerea le escribe a Ana, en nombre de David, otro mensaje corto, directo
y arrollador: ¡Déjame en paz, niñata tontalaba!
Lo envía y, a continuación, borra ambos mensajes. De esta manera, David no
le contestará: ojos que no ven, corazón que no siente. Pero lo más importante
para Nerea es que ha matado dos pájaros de un tiro sin que David se entere.
La chica deja el móvil encima de la mesa justo en el momento en el que ve
salir a su amigo del bar con una sonrisa. « ¡Por poco!» . David se acerca a la
mesa, bebe un trago de cerveza y mira el reloj del móvil.
—¿Has visto la hora que es? ¡Es tardísimo! Me tengo que ir pitando al
baloncesto, llego tarde al entrenamiento, y antes tengo que pasar por casa a
recoger la bolsa. —Nerea hace ademán de contestar, pero David se le adelanta
—. No te preocupes; ya he pagado.
—Está bien, gracias —responde Nerea mientras él recoge el móvil y su
mochila—. ¿Y lo de estudiar el fin de semana? —pregunta de nuevo, y también
se levanta.
—No lo sé; nos llamamos, ¿vale? —dice el chico sonriendo y dándole dos
rápidos besos en la mejilla.
—Vale, ¡que te vaya bien el entrenamiento! —grita su amiga al verlo
marchar, e incapaz de encontrar la manera de convencerlo.
David se marcha a paso ligero. Nerea lo intimida a veces, y eso de estudiar
en su casa le pone muy nervioso. El baloncesto ha sido una buena excusa para
librarse de contestarle a lo del fin de semana. Nerea es muy absorbente cuando
quiere, y David lo nota, y no le gusta demasiado. Ha preferido invitarla y
marcharse rápido a dar explicaciones baratas para no ir a su casa el fin de
semana.
Mientras, en casa de Ana
Ana sale de la ducha relajada y tranquila, se seca y se pone su crema hidratante.
Después de una semana de clases y deberes, de hablar con la gente e ir de aquí
para allá, éste es, sin lugar a dudas, uno de los mejores momentos de la semana.
Antes de recoger las cosas y ventilar el vaho del baño revisa el móvil y…
« ¡Ha contestado! ¡Por fin!» . A Ana se le dibuja una gran sonrisa. Antes de leer
el mensaje ordena el baño.
« Un mensaje como éste debe leerse como Dios manda» .