Page 220 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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convirtió sus manos y pies en pezuñas de una gacela, Dumuzi se
escapó de los demonios y huyó hasta Kulbiresh-Dildaresh.
Al advertir los demonios que Dumuzi había logrado escapar, lo
buscaron en vano.
— ¡Venga! — se dijeron— . ¡Vayamos a Kulbiresh-Dildaresh!
Y al llegar allí capturaron por segunda vez a Dumuzi, tras rodear
le y bloquearle en una de las zanjas en la que se había escondido.
Nuevamente, trenzaron una cuerda y con ella lo ataron. Prepara
ron un palo para agarrotarlo y le apretaron con trabas. Por delante
le golpeaban y por detrás le mantenían firme. Le volvieron a inmo
vilizar las manos y le encadenaron los pies.
Y viéndose así, el joven Dumuzi levantó otra vez sus manos al
cielo, hacia Utu, el dios sol.
— Utu — imploró— , tú eres mi cuñado, soy el marido de tu her
mana. Ayúdame. Haz que mis manos y pies se conviertan de nue
vo en manos y pies de gacela para que pueda escapar de los demo
nios y huir hasta la casa de Belili, la Vieja, una de las divinidades
ancestrales de An.
Utu accedió a aquella súplica llorosa, como dios piadoso que era.
Una vez que Utu convirtió sus manos y pies en las manos y pies
de una gacela, se escapó de todos los demonios y pudo llegar a la
casa de Belili, la Vieja. Llegado allí, Dumuzi dijo:
— ¡Señora! ¡Belili, no soy un cualquiera! Soy el esposo de una
diosa. Vierte un poco de agua para que beba en esta casa. Derra
ma harina en un cuenco para que sin tardar yo la coma.
Y cuando hubo vertido agua y derramado harina él se sentó
allí, en medio. Se quedó allí.
Mas un día, pasado un tiempo, la Vieja salió de su casa. Cuan
do estuvo afuera, los demonios la vieron y se dijeron:
— ¿Ignora, acaso, la Vieja dónde Dumuzi se oculta? Si mira con
desconfianza a su alrededor, si lanza palabras de inquietud, eso es
señal de algo. ¡Perfecto! ¡Vayamos a su casa!
Y allí, en casa de Belili, volvieron a encontrar a Dumuzi. Lo
rodearon, le ligaron adecuadamente y le maltrataron a golpes. El