Page 465 - El nuevo zar
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Cristo Salvador. Abría con una recitación propia de un himno melódico, pero
               luego  cambiaba  abruptamente  a  acordes  chirriantes  del  más  duro  punk,
               acompañados de vulgaridades varias. La letra ridiculizaba a la Iglesia y a sus
               sacerdotes  como  colaboradores  del  KGB,  como  mercantilistas  y  corruptos,

               represivos con las mujeres, intolerantes hacia gais y lesbianas. La canción se
               llamaba Una plegaria punk, y utilizaba una palabra litúrgica para un servicio

               de oración especial en tiempos de crisis nacional, moleben.[1] Era la protesta
               más  novedosa  de  un  nuevo  colectivo  amorfo  de  arte  de  guerrilla  que  —
               inspirado por una tercera ola feminista, el movimiento Riot Grrrl* en Estados
               Unidos, y el retorno de Putin a la presidencia— se llamaba Pussy** Riot.


                    Las mujeres de Pussy Riot, alrededor de una decena, con su afiliación e
               identidad  mantenidas  en  secreto,  habían  creado  el  grupo  en  el  período
               subsiguiente al anuncio de Putin, sumándose a la ola de disenso que ocupó las

               calles  tras  las  elecciones  parlamentarias.  El  grupo  incluía  a  miembros  de
               Voina («Guerra»), un colectivo de arte que se especializaba en performances

               artísticas de provocativa temática política. En una, filmaron a cinco parejas
               teniendo relaciones sexuales en el Museo de Biología de Moscú en la víspera
               de la elección de Medvédev de 2008, donde se burlaban de las demandas del
               Gobierno  de  aumentar  el  índice  de  natalidad  para  evitar  el  colapso

               demográfico. En otra, pintaron un pene gigante en un puente levadizo de San
               Petersburgo, que, cuando erguido, quedaba de cara a la Gran Casa sobre la

               avenidad Liteini, donde Putin había trabajado una vez. El retorno inminente
               de  Putin  al  Kremlin  hizo  que  ahora  la  energía  creativa  del  grupo  se
               concentrara de lleno con él.


                    La primera y furtiva performance de Pussy Riot en público tuvo lugar en
               octubre de 2011, un mes después de la rokirovka. Se filmaron a sí mismas en
               varios emplazamientos dentro del metro de Moscú y, en un momento, sobre
               un andamio de obreros. Con las caras cubiertas con balaklavas de colores, las

               mujeres, más que cantar, gritaban una canción que aludía a las protestas en El
               Cairo que habían derribado a Mubarak, y ellas pedían lo mismo en la plaza

               Roja. En enero, actuaron en la misma plaza Roja, sobre Lobnoie Mesto, una
               plataforma de piedra construida en el siglo XVI y utilizada para leer en altavoz
               los decretos del zar. Esa vez, ocho miembros del grupo tocaron una canción

               titulada  «Putin  se  meó  encima»,  inspirada  en  el  miedo  y  la  confusión
               palpables  del  Gobierno  frente  a  las  protestas.  La  canción  repetía  aquella
               exhortación de Alekséi Navalni en la noche de la primera protesta, a la que
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