Page 135 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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¿QUÉ SUCEDE EN LAS METÁSTASIS?


                 Entramos  ahora  en  arenas  movedizas.  Las  metástasis,  procesos  de  diseminación  del
              tumor  que  determinan  el  pronóstico  y  la  supervivencia  del  enfermo,  nacen  en  muchas
              ocasiones  en  lugares  donde  existe  de  base  algún  proceso  inflamatorio  crónico
              asintomático.  Es  decir,  el  cáncer  se  disemina,  se  desarrolla  y  progresa  en  núcleos
              inflamados. Es su microambiente, la zona donde se siente «más a gusto» para aumentar
              y expandirse. No todas las inflamaciones son igual de peligrosas para que surja el cáncer.
              Un catarro —inflamación de la amígdala—, una rotura de ligamentos —con inflamación
              muscular— no son el mismo concepto. Un fumador, cada vez que fuma, daña las células
              bronquiales,  produciendo  una  inflamación  crónica  de  esa  zona.  Esa  inflamación  surge
              para defender y salvaguardar la zona; esto, en principio, es algo sano y bueno. Si el vicio
              de fumar y la consiguiente inflamación se mantienen en el tiempo; si además esa persona
              tiene antecedentes familiares oncológicos de pulmón; y si por último añadimos al cóctel
              explosivo  algún  problema  emocional  serio,  esa  persona  es  candidata  muy  seria  a
              enfermar  de  cáncer.  Lógicamente  no  todos  los  fumadores  enferman  de  cáncer,  pero
              sabemos que el tabaco es un potente activador de los procesos oncológicos. Por ello se
              pregunta a los pacientes durante las revisiones médicas los años que llevan de exfumador.
              Es decir, el tiempo que has concedido a tu cuerpo para que se recupere de esa agresión
              constante a la que le has sometido con todo el proceso inflamatorio que acaecía durante
              tu etapa de fumador.
                 Los  estudios  se  han  amplificado  con  resultados  asombrosos.  Se  ha  descubierto  que
              existe  una  relación  directa  entre  las  células  cancerosas  y  el  sistema  nervioso.  Es  decir,
              existen receptores en las células tumorales a sustancias relacionadas con el cerebro como
              pueden ser la adrenalina o el cortisol. Las emociones, los impactos estresantes fuertes,
              alteran  el  cuerpo  pero  también  afectan  a  las  células  del  cáncer.  Se  produce  una
              comunicación directa entre el cáncer y la mente —sistema nervioso y, por tanto, sistema
              emocional—.
                 Esta  explicación  no  está  destinada  a  alterar  o  perturbar  al  lector.  Todo  lo  contrario,
              sirve para entender aun más la conexión profunda que existe entre las enfermedades más
              graves y difíciles de controlar y la mente.
                 El cáncer está profundamente vinculado al sistema inmunológico. Las situaciones de
              estrés,  preocupaciones,  tristezas  y  traumas  de  forma  crónica  alteran  las  defensas  y
              favorecen  el  posible  desarrollo  de  una  enfermedad  grave.  El  reflejo  de  esos  estados
              emocionales tóxicos se halla a nivel bioquímico y fisiológico, con estados inflamatorios
              latentes.
                 En resumen, las emociones perjudiciales, como tales, no producen cáncer. Ahora bien,
              el estrés emocional crónico puede arrancar, activar o potenciar la difusión de aquello que
              origina  el  cáncer.  ¿Qué  provoca  estrés  emocional?  Situaciones  como  la  soledad,
              familiares enfermos, mala relación con el entorno, traumas no resueltos, duelos difíciles o
              problemas laborales y económicos.




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