Page 130 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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emociones  o  situaciones  con  las  que  no  puede  lidiar.  Por  lo  tanto,  esos  procesos  de
              molestias o dolores —¡cada uno conoce los suyos!— nos piden a gritos que tomemos
              conciencia de lo que nos está perjudicando, de lo que está suponiendo una amenaza o de
              algo que resulta un exceso para el cuerpo y la mente.





                   Ignorar las señales es el primer paso hacia la debilidad y desequilibrio de
                                                      nuestra salud.





                 Algunas  molestias  pueden  ser  debidas  a  malas  costumbres  como  la  alimentación,  la
              mala higiene del sueño, un exceso de sedentarismo o incorrectas posturas del cuerpo. Si
              somos capaces de hacer un buen examen de nuestra vida, con honestidad, sin buscar una
              perfección  que  aporte  más  angustia  que  paz,  estaremos  en  el  buen  camino.  Hay  que
              permitirse  un  rato  para  analizar  nuestra  vida,  considerar  lo  que  estamos  logrando:
              nuestros  objetivos  y  metas.  Observar  y  sentir  físicamente  nuestro  cuerpo,  averiguar  si
              nos está mandando alguna señal y vislumbrar cuáles pueden ser las causas. A veces la
              ayuda de un profesional, un médico o una persona que conozca el cuerpo y su conexión
              con la mente puede resultar un buen apoyo.
                 La ciencia nos ha ido mostrando ejemplos claros de enfermedades relacionadas con la
              emoción.  En  dermatología  se  ha  documentado  que  ciertas  enfermedades  cutáneas
              prevalecen en pacientes que experimentan resentimiento, frustración, ansiedad o culpa.
              En  cardiología  se  ha  demostrado  que  los  ataques  cardiacos  son  más  comunes  en
              personas agresivas, competitivas o que han desarrollado una cronopatía[17].
                 En  gastroenterología  se  ha  observado  una  correlación  entre  emociones  como  la
              ansiedad  —por  un  examen  o  una  entrevista  de  trabajo,  por  ejemplo—  y  las  dolencias
              intestinales o estomacales como las úlceras pépticas. Pero, sin duda, es en la oncología
              donde se está profundizando más la relación mente-cuerpo.
                 El  psicólogo  clínico  estadounidense  Lawrence  LeShan  analizó  las  vidas  de  más  de
              quinientos enfermos de cáncer y desveló una relación muy importante entre la depresión
              y la aparición del cáncer. Muchas de las personas objeto de estudio se sentían vencidas
              por  la  ruptura  de  relaciones  estrechas  y  habían  tratado  de  reprimir  esas  emociones.
              Dichas  emociones  reprimidas  alteraron  su  equilibrio  neurohormonal  y  fueron
              contraproducentes para su respuesta inmunológica. Ampliaremos el tema oncológico más
              adelante.




                                                     EL CASO DE TOMÁS

                 Acude  a  mi  consulta  Tomás,  de  dieciséis  años.  Es  el  mayor  de  tres
                 hermanos. Buen estudiante, su padre es arquitecto y su madre ama de casa.




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