Page 127 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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¿QUÉ PRODUCE LLORAR?


                 No  olvidemos  que  la  única  especie  que  llora  por  motivos  emocionales  es  el  ser
              humano. Cuando alguien observa a otro llorar, es frecuente que se activen en el interior
              del observador emociones o conductas prosociales que le llevan a empatizar con la otra
              persona. Por lo tanto, cabe pensar que en algún momento de la historia, en la evolución
              del Homo sapiens, las lágrimas se transformaron en una forma de expresión del estado
              emocional de la mente.
                 El cuerpo produce más de cien litros de llanto al año de media. Si pensamos en todas
              esas personas que no recuerdan la última vez que lloraron, existen para compensar otros
              que lloran litros y litros de lágrimas.
                 Existen tres tipos de lágrimas: las basales —sirven para mantener la hidratación del ojo
              —,  las  protectoras  —brotan  ante  agresiones  físicas,  motas  de  polvo,  gases…—  y  las
              emocionales.
                 El llanto de tipo emocional se activa cuando el organismo percibe un estado de alerta
              —tristeza, angustia, peligro— y envía las lágrimas a los ojos como reacción ante ello. De
              igual modo, se produce un aumento del ritmo cardiaco y un sonrojo de las mejillas.



                                          LOS BENEFICIOS DE UNA BUENA LLORERA


                 En el año 2013 comenzó en Japón una terapia denominada rui-katsu, que
                 se  traduce  como  «buscando  lágrimas».  Japón  es  por  motivos  culturales  e
                 históricos uno de los países del mundo con menor educación en el campo
                 afectivo. No se les permite expresar emociones socialmente. Esta técnica les
                 ayuda a liberar tensiones, emociones reprimidas y recuperar el equilibrio.
                    Se  trata  de  una  terapia  de  grupo  basada  en  el  llanto.  Evitan  hacerlo  a
                 solas  por  la  semblanza  con  los  estados  depresivos  donde  uno  se  encierra
                 para llorar y desahogarse. El primer rui-katsu fue organizado por un antiguo
                 pescador japonés, Hiroki Terai, en el año 2013.
                    El proceso es el siguiente: se proyectan en una sala, con un público de
                 unas  veinte  o  treinta  personas,  vídeos,  anuncios  o  cortometrajes  con  una
                 elevada  carga  de  emotividad  hasta  que  se  consigue  que  las  personas
                 rompan  a  llorar.  La  duración  es  de  aproximadamente  cuarenta  minutos.  El
                 resultado es que las personas salen despejadas, aliviadas y con una franca
                 mejoría de su estado de ánimo.




                 El investigador William Frey estudió hace unos años el componente bioquímico de la
              lágrima  tras  llorar  de  forma  intensa  por  angustia  o  tristeza  excesiva.  Encontró  niveles
              elevados de cortisol. Esta es la razón por la cual tras un ejercicio de llanto uno se siente





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