Page 125 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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Beatriz,  callada,  no  dice  nada,  ordena,  limpia,  prepara  la  comida…  y,
                 cuando tiene a los niños acostados, solo quiere llorar. Luis no se da cuenta,
                 está  en  lo  suyo,  en  sus  preocupaciones,  y  Beatriz  no  le  dice  nada.  Nada,
                 porque no sabe decirlo, no sabe expresarlo.



                 El día que Beatriz llega me dice que hace unos días le han diagnosticado de síndrome
              de  colon  irritable[16].  Le  realizo  una  entrevista  completa  donde  me  cuenta  la  historia
              familiar. Reconoce no haber sabido jamás enfrentarse a su marido, ni a nadie cercano,
              para  evitar  conflictos.  Prefiere  la  armonía  aparente  a  replicar  o  decir  que  algo  no  le
              parece bien. En los últimos tiempos, asocia vértigos y mareos, aparte de la sintomatología
              digestiva.  Psicológicamente  admite  no  disfrutar  con  nada,  tiene  fallos  de  memoria  y
              dificultad para concentrarse.
                 Cuando hablamos con su marido, Luis no entiende qué la puede haber llevado hasta
              esta  situación.  Explica  que  su  mujer  es  una  persona  de  gran  corazón  y  que  jamás  se
              enfada.  Reconoce  que  él  tiene  un  carácter  explosivo,  pero  que  su  mujer«le  lleva  muy
              bien». Explico a cada uno por separado, en forma de esquema, cómo funciona su mente,
              sus emociones y sus comportamientos tras los estímulos externos; a Beatriz tras los gritos
              e impaciencias de él, y a él tras las frustraciones por temas económicos y profesionales.
              Les  uno  el  esquema  de  personalidad  del  otro  para  que  se  entiendan  y  les  oriento  con
              pautas muy concretas para mejorar la relación.
                 Tras unos meses de terapia, Beatriz está mejor. Le pauto una medicación antidepresiva
              para mejorar el estado de ánimo, que le ayuda a regular los síntomas físicos. A Luis, un
              estabilizador del ánimo para bloquear los momentos de impulsividad. Tras la psicoterapia,
              mejora  la  relación  de  forma  significativa.  Cada  uno  entiende  mejor  cómo  funciona  el
              otro, pero, sobre todo, aprenden a gestionar sus emociones de forma más sana.
                 Por lo tanto…Si no expresamos cómo nos sentimos, existe una gran probabilidad de
              que  la  persona  que  tengamos  enfrente  no  sea  consciente  del  daño  que  nos  causa.  Las
              mujeres, en general, son más sensibles que los hombres, y al darle a todo más vueltas,
              sufren más, con el agravante de que en muchos casos sus maridos —por falta de tiempo,
              atención,  aptitud  o  todas  ellas—  no  sabe  leer  los  sutiles  signos  externos  con  los  que  a
              veces intentan comunicarse. Los hombres suelen ser menos emotivos y más prácticos.
              En  la  cultura  de  hoy,  la  mujer  tiene  mayor  capacidad  de  enseñar  a  amar,  a  sentir  y  a
              expresar que el hombre. Por supuesto, como en todo, existen excepciones a la regla, pero
              esta suele ser la dinámica más frecuente que encuentro en consulta.
                 No  digo  que  sea  bueno  decir  lo  primero  que  se  nos  pase  por  la  cabeza  o  sintamos,
              pero tampoco es saludable omitir toda conversación con quien convivimos sobre algo que
              nos esté haciendo daño. Lo importante es alcanzar el equilibrio entre las situaciones en
              las que es necesario expresarse emocionalmente, y aquellas otras en que es mejor callar
              para salvaguardar nuestra paz interior y armonía exterior.








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